LA TRIBU

Abandono

Lo más seguro es que con la misma facilidad con la que abandonan a un perro, abandonen un día a sus propios padres 

Antonio García Barbeito

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El sacrificio también es una disciplina, amén de una condición humana innata. Hay quien nace para sacrificarse por todo el mundo y quien se educa en la entrega , quien recibe desde niño una línea de comportamiento —hermana de aquello que en otro tiempo llamaban urbanidad— que le marca la vida. Sobre esto, recuerdo un día que tomaba un café con un recién conocido, profesor de francés, que se ofreció a ayudarme en un trabajo periodístico callejero, y cuando al rato de estar charlando me dijo que había sido seminarista, le dije: « Te lo noté al ver cómo movías las manos y en la forma de prepararte el café , en cómo abriste el sobre del azúcar, en cómo la echaste al café, en como lo sorbías… Hay en tus maneras algo que te hace parecer que oficiaras en una liturgia…»

Hay gente que guarda dentro su educación infantil o adolescente , y esa educación aparece cuando actúa, cuando interviene, y se le va a las manos y se le va a la voz, se le va en el tono siempre conciliador; en las maneras, siempre delicadas; como sale el pelo de la dehesa, tantas veces, en otros casos. Creo que la forma de tratar a los animales tiene un origen de educación , no sólo escolar, también familiar, también ambiental. Un niño al que no hayan reprendido en sus travesuras o golferías, lo más seguro es que rompa en barrabás. Y si el barrabás no tuvo riendas ni firme intención de cambio, ni las banderillas de fuego lo arreglan y acabará enfilando los corrales.

El abandono , como el sacrificio, se tocan en lo que pueden tener de aprendidos, de encauzados. En estas fechas, en las que conozco a familias que se han quedado sin ir de vacaciones al extranjero por no dejar solos en casa a sus perros , a los que quieren como a personas, hay gente que cuando sus perros han dado el avío en la caza o en competiciones, no sabe qué inventar para abandonarlos, y a veces el abandono llega de la manera más cruel, que o bien los dejan tirados en un descampado alejado de su sitio habitual, o deciden que lo mejor es encerrarlos y que se mueran de hambre y de sed . No hay animal que actúe así, para eso está el hombre, capaz de lo más noble, de lo más sacrificado y también de lo más espantoso. Si por la forma en que movía las manos y preparó el café descubrí el origen de seminario de aquel muchacho, y por las voces y las malas maneras de otro descubrimos la falta de garlopa a tiempo, por el abandono a los animales conocemos el origen canalla de mucha gente . Una gente, ésta, de la que es bueno cuidarse, porque lo más seguro es que con la misma facilidad con la que abandonan un perro, abandonen un día a sus propios padres.

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