OPINIÓN
Toros y pan
No hemos cambiado nada. Nos siguen enseñando el capote para que embistamos, para que entremos al trapo y para que no veamos más que lo que quieren que veamos»
Que a Jacinto Benavente le gustaban más los toreros que los toros, es algo que sabía hasta el mismísimo Franco –a quien tanto admiró al final de su vida– porque si algo no escondió el Nobel de Literatura fue su homosexualidad, como tampoco escondió sus ...
Artículo solo para registrados