Ignacio Moreno Bustamante - OPINIÓN

LA POLÍTICA DE LA MISERIA

Lo que no sorprende ya tanto a estas alturas son las reacciones de la ‘gente’. Las redes sociales y eso

Ignacio Moreno Bustamante
Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

En la vida, no hay nada más equitativo para todos que la muerte. Ahí nos igualamos de verdad. Llámese uno Rita Barberá o Fidel Castro. Dos fallecimientos con los que nos hemos despertado esta semana. El primero, ciertamente sorpresivo. El segundo, más que esperado. Lo que no sorprende ya tanto a estas alturas son las reacciones de la ‘gente’. Las redes sociales y eso. Sobre todo las de la izquierda radical. No me refiero en absoluto a la tradicional, que en estos últimos años ha sido bastante moderada, respetuosa con la democracia y fiel a sus principios. Hablo de la izquierda radical de botellón y canuto que encarna Pablo Iglesias a nivel nacional o el ilustre alcalde de Cádiz a nivel local.

Esos inteligentes representantes públicos que son capaces de vilipendiar hasta límites insospechados a una persona investigada por mil euros al tiempo que justifican a un dictador. Resaltan sus supuestas luces y esconden bajo la alfombra sus muchísimas sombras. Con la excusa de la malentendida e interesada teoría de la ‘justisia sosiá’ tratan de justificar lo injustificable. Probablemente desde el convencimiento, lo cual sólo demuestra su limitadísimo nivel intelectual, por más que quieran autoerigirse en el sumum de la excelencia por el simple hecho de haber ido a la Universidad.

¿De verdad alguien puede defender con argumentos sólidos, serios, que los cubanos han vivido mejor estas últimas décadas que cualquier país desarrollado de Europa? Su platónica teoría de la igualdad de todos los ciudadanos ha llevado a millones de personas a vivir casi en la mendicidad. Y lo que es peor, a vivir con miedo permanente. El pueblo cubano no se ha hundido definitivamente en la miseria por el carácter de sus gentes, por su alegría innata. Son positivos por naturaleza. Como mi tía Pepa, que ahora anda pachuchilla pero tira pa’lante como una campeona. Porque lo lleva dentro. Pero su envidiable positivismo es algo suyo, no se lo ha dado ningún salvapatrias. Como los cubanos. Salen adelante por ellos mismos. Pese a Fidel Castro y sus adláteres.

Hasta que todos estos iluminados no se den cuenta de que el objetivo real es la igualdad de oportunidades para todos, habrá gente que sufra. Y aquí en Europa esa igualdad de oportunidades existe. Ellos mismos –Iglesias, Garzón, Kichi...– son la prueba de ello. Pudieron estudiar, optar al mercado laboral, dedicarse a la política con total libertad. Por supuesto que en España, en Alemania o en EEUU hay gente que lo pasa mal. Pero son muchos menos que donde las teorías de la extrema izquierda han arraigado con mayor fuerza. ¿Sabía que ayer sábado, cuando usted se enteró de que Fidel Castro había muerto, aún no lo sabían miles de cubanos?Las redes sociales allí son prácticamente inexistentes. Están prohibidas. Y quien no puso la tele a la hora que lo anunció su hermano, no se enteró hasta que bajó a la calle o al mercado. Como en España cuando palmó Franco. Así están ellos. Como nosotros hace 41 años. O peor. Porque el hermanísimo sigue vivito y coleando.

Ver los comentarios