Ignacio Moreno Bustamante - OPINIÓN

IGUALES QUE BLESA

La única diferencia entre el exbanquero y los carroñeros de twitter es que el banquero pudo 'trincar' y ellos no

Ignacio Moreno Bustamante
Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Si en algo estamos todos de acuerdo en lo que a redes sociales se refiere es que son la mejor herramienta de comunicación que nadie ha puesto jamás en las manos de tantísima gente... mediocre. En las de personas brillantes también, por supuesto. Y en las de los que somos simplemente normales. Pero quien más destaca al hacer uso de ellas es, curiosamente, la gente más vulgar. En muchos casos y gracias al anonimato, esa vulgaridad torna en ruindad y mezquindad, tal y como ha ocurrido –enésimo capítulo– esta semana a raíz del suicidio de Miguel Blesa.

Es evidente que el exbanquero causó muchísimo daño a miles de personas, fundamentalmente con el asunto de las preferentes. Engañó a muchos pequeños inversores ofreciendo pingües beneficios con mínimo riesgo que luego resultó lo que resultó.

Un estafador más de los que desgraciadamente tanto pululan por España. Especialmente altivo, por cierto. Como siempre, la justicia de este país actuó, lenta pero firme, y fue condenado a seis años de cárcel. Condena que había recurrido. Pero como sabía la que se le venía encima, este miércoles recurrió al suicidio como forma de escapar de la dura realidad que él mismo se encargó de fabricarse. Tiro en el pecho y fin de la partida.

De su partida, porque al mismo tiempo, ese pistoletazo fue el de salida para la mezquindad tuitera, que ya se sabe que no respeta ni a los muertos. Una sociedad sana es capaz de discernir cuando hay que frenarse ante según qué líneas rojas. Sobre todo de forma pública. Aunque en privado se puedan expresar las opiniones como mejor se desee. Tanta brasa que nos dan con lo políticamente correcto y esos mismos que son capaces de recurrir al más absurdo eufemismo para hablar de la homosexualidad, del racismo o de cualquier otro asunto, no dudan en insultar de la forma más feroz cuando les viene en gana.

Pero es que resulta que esta sociedad nuestra del siglo XXI no es sana. Está podrida en muchos aspectos. Y el de las redes sociales es uno de ellos. Twitter no es la barra del bar, porque en la barra del bar a los pesados no se les hace caso. Y no pueden ir con careta para ocultar su identidad. Incluso el dueño del establecimiento tiene la potestad de echarle del local si se pone más patoso de la cuenta. Pero en las redes sí. Ahí sí hay barra libre. Y a fe que los mediocres la aprovechan. Incluso para enlodar aprovechando la ocasión, mezclando churras con merinas. El problema no son los Miguel Blesa de turno. A esos se les está juzgando donde tiene que hacerse. El problema son los carroñeros. Entre Blesa y todos ellos, la única diferencia es que el exbanquero tuvo la oportunidad de robar y el resto no. Dada su catadura moral, es evidente que, de poder, actuarían igual o peor que él.

Ver los comentarios