OPINIÓN

Echenique, nuestro guía

Estamos acostumbrados a las cursilerías del alcalde de Cádiz, pero escucharle a él dando moralina sobre el conflicto de los astilleros es ya del todo insufrible

Pablo Echenique, junto a la diputada por Cádiz en el Congreso, Noelia Vera
Ignacio Moreno

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Y vuelta la burra al trigo. ¿Otra vez Navantia? Otra vez. Parecía que por fin íbamos a tener algunos años de tranquilidad con la carga de trabajo garantizada en los tres astilleros. En Cádiz con la reparación de cruceros, en Puerto Real con la construcción de barcos civiles y en San Fernando con las famosas corbetas de Arabia. Pero hete aquí que algún lumbreras buenista del Ministerio de Defensa del presidente Pedro Sánchez ha sugerido la idea de suspender un contrato que nada tiene que ver con la Bahía de Cádiz para que todos nos hayamos echado a temblar. ¿Otra vez? Otra vez. En casa del pobre las alegrías no suelen durar mucho y parece que algunos se empeñan en que el sur del sur quede sumido en la pobreza por los siglos de los siglos. Y todo por culpa de la demagogia del actual gobierno de la nación, contagiado de un podemismo insufrible. Como bien afirmaba el viernes el presidente de la Confederación de Empresarios, en la Bahía de Cádiz tenemos una industria naval muy importante. Ahora se trata de decidir si apostamos por ella o no. De una puñetera vez. Sin ambages. Sin medias tintas. Sin gilipolleces. Está muy bien no querer fabricar bombas como las de los fanfarrones. Ni barcos de guerra para ningún ejército. Muy bonito en los mundos de Yupi. Pero eso, por desgracia, no va a cambiar absolutamente nada en los conflictos que en el mundo existen. Y sin embargo, lo que es seguro, es que va a suponer un serio problema para los miles de trabajadores de las factorías gaditanas. Ni más ni menos. Realidad frente a ficción. Contratos contantes y sonantes frente a utopías inalcanzables y demagogas. Años tardó el anterior Gobierno de la nación en cerrar este acuerdo que se puede ir a freír espárragos en apenas unos días. Por una decisión irresponsable. Confiemos en que el actual ejecutivo recapacite y todo vuelva a su cauce.

Porque mal haría Pedro Sánchez alineándose en esto también con Podemos. Si la decisión es para contentar a personajes como Echenique, que se permite cada día dar lecciones de moral a todo aquel que le quiere escuchar, ya podemos ir pensando en plantar huertos ecológicos en los terrenos de Navantia. A ver si nos da para vivir a base de lechugas. Por aquí ya estamos acostumbrados a la cursilería de nuestro alcalde capitalino, con sus cartas poéticas y sus pasodobles rimados. Esta semana ha hablado de los pitos de las ollas. «Que suenen en las casas de los gaditanos». Qué bonito. Pero ya escuchar al ínclito Echenique hablar de «dilemas morales imposibles», de comer, de la paz, de prosperidad, refiriéndose a Cádiz, en serio que es insoportable. Echenique. Marcando las pautas. Señalándonos el camino. Que Dios nos coja ‘confesaos’.

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