Cordura ante un evento que genera dudas

La última opinión en contra tiene un doble valor, en tanto que a su condición de autor consagrado se une la de enfermero en el Puerta del Mar. Ha sido Ramón Peñalver el que ayer, en sus redes sociales, indicó que por encima de extraños inventos había que «apostar por la vida en 2021». Sabe de lo que habla. Médicos y enfermeros son la primera línea de combate contra el coronavirus. Ellos han visto familias rotas por la enfermedad y casos que parecían controlados, desembocar en un desenlace fatal. Peñalver reconoce que «nadie tiene más ganas de Carnaval que yo» (algo que podríamos firmar muchos gaditanos) pero no deja de encontrar una incoherencia que desde una institución pública se organice una gala en la que tantos componentes no convivientes (a no ser que volvamos a dar esa palabra el sentido que se nos antoje) deben reunirse para cantar. Máxime cuando muchas de esas agrupaciones ni siquiera han podido ensayar.

«No hagamos locuras, porque el Carnaval, pese a celebrarse en febrerillo el loco siempre fue bastante cuerdo», resume con gran tino Peñalver. Más que celebrar una gala forzada y descafeinada por mor de las circunstancias este año, lo ideal es dar tiempo a las administraciones para que puedan inmunizar al mayor número de personas y que todos podamos disfrutar, cuanto antes, de un Carnaval como el que hemos vivido siempre. Las prisas no son buenas consejeras y menos en un contexto como el actual, con un endurecimiento de las medidas ya en ciernes.