El arquitecto gaditano nacido en Castilla

Campo Baeza forma parte de la nómina de tantos gaditanos que no nacieron en esta tierra, como Antonio Burgos (que acuñara la frase de que el gaditano nace donde le da la gana), Jesús Maeso o nuestro querido Julio Malo de Molina, primer decano del Colegio de Arquitectos y nacido en Tenerife. Hasta el primer gaditano, el alcalde, nació en Rotterdam por azares del destino. La capital sigue siendo ese puerto acogedor en el que quien llega encuentra un lugar al que llamar casa. Ese que se sabe que, aunque haya que partir, siempre estará esperando con los brazos y los puentes abiertos.

Es por eso que este jueves todos los gaditanos celebraremos como propio el reconocimiento que el mundo de la arquitectura brinda a nuestro paisano, nacido cerca del Pisuerga pero rociado con la bruma de La Caleta. En la entrevista que publicamos hoy, el arquitecto recuerda que fue precisamente en el colegio San Felipe donde estudió y en el Oratorio donde recibió la primera comunión. En unos días, en lugar de la Sagrada Forma recibirá el aplauso y el reconocimiento del un gremio que lo ha situado como uno de los referentes. Y de la misma forma, sentirá el calor de una ciudad que asiste orgullosa a la excepción que se ha realizado para premiar, en su propia casa, a uno de sus hijos más ilustres.