Otros mundos

El liberalismo económico, basado en la ley de la oferta y la demanda, y en la nula intervención del estado en la economía, nos está estallando en la cara

Antonio Ares

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No, no es una frase hecha. «La realidad siempre superará a la ficción». Por mucho que la mente humana elucubre escenarios imposibles, por mucho que se afane en anticiparse a los acontecimientos, por mucho que creemos mundos imaginarios inalcanzables, el tiempo nos dará de bofetadas ... en la cara con realidades nunca previstas. Quién iba a decirle a Julio Verne que su imaginación literaria lograría ser superada, en un santiamén, quedando relegada a una literatura de añoranzas nostálgicas. Quién podía augurar que las teorías de pérdidas de libertades reales creadas por Orwell y Bradbury se colarían en nuestras vidas hasta dejarnos adocenados, convirtiéndonos en meros servidores de poderes económicos que, desde las sombras, nos manejan a su antojo. Isaac Asimov, en su libro titulado ‘Los propios Dioses’, imaginaba un mundo paralelo que coexistía con el nuestro, que no éramos capaces de percibir, pero que conducía y manejaba nuestras voluntades y deseos.

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