Dos carnavales y una mala gestión

Es de entender que en un principio el alcalde quisiera cubrirse las espaldas con el tema del coronavirus. Hasta puedo entender que no quisiera arriesgar y llego incluso a entenderlo cuando pedía comprensión y un voto de confianza por si se equivocaban o no. Lo que ya no puedo entender es que se nos meta un Concurso de coplas con calzador, por miedo a los contagios, pero ahora se permita desde ese mismo ayuntamiento que se celebre un carnaval «no oficial» con todos sus ‘avíos’, como decimos en esta tierra.

¿Quizas es que ahora no hay peligro de contagios? ¿Será que desde San Juan de Dios no ha quedado más remedio que plegarse a lo que pedía el mundo del carnaval?¿Será que el alcalde ha visto peligrar su nicho de votos de cara a las próximas municipales? La respuesta da igual porque, al final, ese pseudocarnaval, o quizás, un carnaval más puro alejado del mundo de las intrigas de asociaciones y de manejos de la concejala de Fiesta, se celebrará y que Dios nos coja confesados con el dichoso coronavirus.

Lo más gracioso es que ahora el alcalde quiera echar balones fuera sobre su responsabilidad en dicha celebración y quiera desviar el foco de atención hacia la Junta de Andalucía, la cual ni dijo ni dice que no se celebre ni el oficial ni el oficioso. La táctica de siempre de nuestros gobernantes locales, liar la madeja y después que sean otros los que vengan a solucionarte los problemas que ellos mismos han creado.

Por otro lado, la pregunta es muy clara, ¿está la ciudad preparada para hacer un doble gasto en el año? Es decir, entiendo que tanto en el de ahora como en el de verano, la ciudad tendrá que engalanarse, que esto no es la Navidad, tendrá que tener doble refuerzo de limpieza, de luces, de policías, etc… ¿Están las arcas del Ayuntamiento preparadas para eso? Y lo que más miedo me da ¿son capaces las mentes lúcidas que nos gobiernan de sacar dos veces los pliegos? Si ya para sacar uno se las ven y se las desean, no quiero pensar tener que hacer el doble de trabajo en el mismo año.

La realidad no es más que seguimos en manos de personas que no planifican ni gestionan el trabajo de la ciudad, que solo saben echar balones fuera e ir a trompicones en su trabajo al frente de una ciudad como es Cádiz, que de ser la ciudad que sonríe ha pasado a ser la ciudad que llora. Y no llora por no tener carnaval, llora cada día más de impotencia al ver como los que venían a solucionar todos los problemas son el mayor problema que la ciudad ha tenido desde hace décadas.

Podrán ser de otro pensamiento político, de otra visión de ciudad, de otro parecer pero lo único que se les pide es que, al menos, a la ciudad la tengan con la cara lavada y con los gaditanos contentos.