Editorial ABC

El turismo, un patrimonio de todos

Los ataques que han protagonizado en las últimas fechas los jóvenes radicales de la CUP amenazan de forma directa esta importante fuente de riqueza y de empleo

Imagen de archivo de la playa de Levante abarrotada de turistas en Benidorm JUAN CARLOS SOLER

ABC

España es desde hace décadas una de las grandes potencias turísticas internacionales por la alta calidad de sus servicios, su amplia red de infraestructuras, su gran patrimonio cultural y su privilegiado clima y entorno natural, tal y como reflejan los datos de los millones de visitantes que recibe el país y el creciente gasto que desembolsan en esta potente industria nacional. Todo apunta a que durante el presente ejercicio se registrará un nuevo récord de llegadas, hasta el punto de superar la barrera de los ochenta millones de turistas, por encima de los datos de Francia, confirmando así la extraordinaria tendencia registrada en los últimos años. Por el momento, los datos oficiales revelan que el número de extranjeros que escogieron España como destino vacacional ascendió a 36,3 millones hasta el pasado junio, un 11,6 por ciento más que en el mismo periodo de 2016, por encima incluso de las expectativas de los hoteleros. Además de aumentar el volumen de visitantes, también crece de forma sustancial el dinero que se dejan aquí: el gasto turístico alcanzó la cifra récord de 37.217 millones de euros en el primer semestre, un 14,8 por ciento más a nivel interanual . Estas elevadas cifras dan cuenta de la importancia de un sector cuyo desarrollo y buena salud está contribuyendo de forma relevante a la recuperación de la economía española. No en vano, el turismo supone cerca del 11 por ciento del PIB y emplea a unos 2,3 millones de personas, sin contar el positivo impacto que genera en otras actividades y sectores relacionados, como es el caso de la hostelería, el transporte, el comercio y la distribución. Este mercado movió un total de 120.000 millones de euros el pasado año y, más allá de sostener a una buena parte de la estructura productiva y del mercado laboral, se alza como uno de los principales arietes del crecimiento económico, tras registrar cuatro años consecutivos de avances superiores al 3,5 por ciento interanual, y del crucial superávit exterior que registra hoy el país.

Se trata, en definitiva, de un lucrativo y provechoso negocio que beneficia al conjunto de la población y que habría que esforzarse en proteger. Sin embargo, los ataques que han protagonizado en las últimas fechas los jóvenes radicales de la CUP contra diversos intereses turísticos en Barcelona y Baleares, y que ahora la izquierda abertzale pretende extender a San Sebastián, amenazan esta importante fuente de riqueza, puesto que ya está recabando la atención de la prensa extranjera, especialmente la británica, con el consiguiente daño a la imagen exterior de España. Estos viles actos vandálicos no solo perjudican al turismo, sino al empleo y a los intereses económicos de todos los españoles.

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