El test

Probemos por un instante a ponerlo al revés

Luis Ventoso

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Vamos con un imposible. Rajoy se levanta ocurrente y decide tomar una serie de medidas. En primer lugar, presenta un decreto para establecer que el español será la única lengua vehicular en la enseñanza, relegando de facto al vasco, el gallego y el catalán a marías que solo se emplearán en clase de gimnasia, flauta y religión. Además, ya en harina, prohíbe por decreto rotular en catalán los nombres de los comercios, so pena de multa. Su siguiente paso es reorientar TVE. A partir de ahora solo ofrecerá noticias favorables al Gobierno, emitirá programas cómicos dedicados a despellejar a los nacionalistas y en sus debates solo participarán tertulianos que sean hooligans del PP. Además el presidente compra a los principales periódicos con ingentes cantidades de dinero público , a fin de que aplaudan sus dogmas, y hace de oro a asociaciones culturales afines, encargadas de presionar en sus vidas cotidianas a los ciudadanos discrepantes. En acción exterior, y desviando de nuevo de fondos estatales, Rajoy abre una red de oficinas por todo el planeta con el objeto de predicar universalmente las tesis del PP . Por último, y en contra del dictamen de los letrados del Congreso, anuncia invocando «un sentimiento» que llevará al Parlamento una ley que abolirá a la brava los derechos de las comunidades autónomas recogidos en la Constitución. La ofensiva se completa con movilizaciones en la calle. Simpatizantes del PP acosan a los concejales nacionalistas en sus pueblos y a los hijos de los mossos en los colegios. También organizan huelgas; paralizan con barricadas y ruedas quemadas la circulación por las autopistas; invaden la estación de Sans impidiendo la salida de los AVE; y boicotean la actuación de los mossos, subiéndose a sus coches patrulla y pateando sus capós mientras una turba enardecida aplaude.

Ante semejante cadena de abusos, y vista la malversación de dinero público y la vulneración desprejuiciada de la legalidad más básica, un magistrado del Supremo decide encausar al presidente Rajoy por rebelión, prevaricación y malversación de fondos. Pero Mariano se sube de madrugada a un Renault Space con un empresario amigote suyo, cuatro ministros y un picoleto de confianza y se pira por carretera hasta Waterloo, donde alquila un chalé finolis y proclama que él es el legítimo presidente de España en el exilio. Mientras tanto, en Madrid, la presidenta del Parlamento, Ana Pastor , con un lacito amarillo en la solapa en solidaridad con el fugado, advierte en una alocución institucional pregrabada que «ningún juez puede perseguir al presidente de todos los españoles». Debido al carajal que han provocado Rajoy y los suyos, el turismo se despeña en España, cae la inversión, se registran fugas masivas de depósitos bancarios y las empresas comienzan a abandonar el país por miles. La calificación de la deuda española es de bono basura.

El delirio que acabo de describir, todos esos desbarres absolutamente imposibles, son el relato milimétrico de lo que ha hecho el poder nacionalista catalán en los últimos cinco años. ¿Movimiento «pacífico»? Por supuesto. Y mi tía Matilde es Michelle Obama .

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