EDITORIAL

Una televisión de campaña

El favoritismo propagandístico en beneficio del líder socialista demostrado anoche es un golpe a la pluralidad y la objetividad que le son exigibles a un ente que niega ser sectario

ABC

La entrevista al presidente del Gobierno que ofreció anoche TVE en horario de máxima audiencia difícilmente puede ser defendida como un ejercicio de periodismo plural e imparcial. Muy al contrario, La Moncloa ha puesto al ente público, sufragado con el dinero de todos los contribuyentes, al servicio de la precampaña de Pedro Sánchez, de igual modo que él utilizó la sede de la Presidencia del Gobierno el pasado viernes como escenario de un infumable mitin electoral, en lugar de limitarse a anunciar escuetamente la convocatoria de elecciones generales. La corporación presidida por Rosa María Mateo ya lo hizo días atrás, y sin ningún tipo de pudor, con la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, para tratar de combatir el rechazo de la opinión pública a la figura del «relator» que Pedro Sánchez había aceptado por exigencia de Joaquim Torra en su negociación con la Generalitat. Anoche fue el propio Sánchez quien volvió a usar La Moncloa, y la televisión pública, con estrictos fines electoralistas, sin distinguir entre la Presidencia del Gobierno y su despacho en Ferraz.

Es cierto que aún no estamos oficialmente en campaña electoral y que RTVE no tiene la obligación, regulada legalmente y amparada en resoluciones de la Junta Electoral Central, de asignar espacios tasados a todos los partidos que concurren a las urnas. Por eso, el favoritismo propagandístico en beneficio del líder socialista demostrado anoche es un golpe a la pluralidad y la objetividad que le son exigibles a un ente que niega ser sectario. Si esta va a ser la estrategia informativa de TVE a lo largo de las próximas semanas, lo lógico sería que concurriesen en el mismo horario y formato los líderes de los demás partidos. Lo contrario sería abusivo. De hecho, es la actual cúpula de RTVE la que ha cuestionado sistemáticamente las etapas de gestión durante los Gobiernos del PP, y es la que siempre ha reivindicado la libertad y la independencia política como elementos inherentes al trabajo de sus profesionales. Sin embargo, la percepción pública nunca ha sido esa en estos nueve meses, y el castigo en términos de audiencia está siendo notable. De hecho, el trabajo de Mateo ya es abiertamente cuestionado por algunos de los sindicatos de izquierdas del ente público, lo cual no deja de ser indiciario de una seria insatisfacción en TVE. Pero es evidente que a Sánchez le da igual. Su objetivo es utilizar todos los medios a su alcance para promover el miedo a la derecha entre el electorado, la movilización masiva de la izquierda y el temor a una amplia abstención que le impida formar una mayoría suficiente para gobernar. Si TVE quiere recuperar el crédito perdido, y a esa audiencia que ha abandonado sus informativos, servir de coartada para el enésimo mitin de Sánchez no es el mejor camino.

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