Editorial ABC

Silencio en la trama de los plagios

Carece de sentido que un Ministerio creado para dar visibilidad a las universidades se ponga de perfil ante el escándalo

ABC

La trama organizada, que viene desentrañando ABC desde hace más de un año, en la Universidad Camilo José Cela de Madrid revela que se trata de un fraude intelectual y ético mucho más profundo que la simple coincidencia de un par de tesis doctorales plagiadas, incluida la del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. A España le sobran discursos retóricos sobre la necesidad de potenciar la formación en las universidades, de adaptarlas a los procesos de globalización, a la búsqueda de la excelencia, o a la digitalización y las exigencias cambiantes del mercado laboral. Miles de profesores universitarios desempeñan su labor con absoluta corrección y profesionalidad. Sin embargo, las revelaciones de ABC no son anecdóticas. Es evidente que parece existir una trama organizada de consecución de másteres y tesis doctorales sin el más mínimo rigor, y ello contamina por extensión, e injustamente, a toda la comunidad universitaria. Por eso carece de sentido que un Ministerio expresamente creado para dar visibilidad propia a las universidades, como el que dirige Pedro Duque, se ponga de perfil ante el escándalo. No dar una sola explicación, no dirigir su actuación política a poner coto a una práctica que parece más generalizada de lo imaginable, no dar instrucciones públicas para paliar la pérdida de reputación general, o sencillamente sacudirse de encima el problema remitiéndose a las competencias de la Consejería de Educación correspondiente es esconder la cabeza bajo la tierra. La UCJC ha emprendido un nuevo rumbo para tratar de corregir un fraude que, por mucho que intente negarse, es notorio. El Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades algo debería decir al respecto, aunque sea por simple prestigio. Tiene capacidad legislativa, ejerce influencia sobre las Universidades, pone y quita rectores allá donde considera oportuno y, sin embargo, cuando se produce un escándalo como el denunciado por ABC, se limita a guardar silencio. Otras alarmas públicas como las provocadas por una crisis agroalimentaria sí son replicadas por el Ministerio de Sanidad, que centraliza las respuestas imprescindibles, aunque sean competencia de las comunidades. Se trata de ponerse al frente de la resolución de un conflicto, no de diluir responsabilidades.

Hoy ABC revela nuevos datos sobre plagios «doctorales». Ya no son casos aislados. El mapa del fraude deja entrever toda una organización dirigida a falsear y regalar títulos no obtenidos por méritos propios, brillantez intelectual o una capacidad innegable para la investigación. Además, el colmo es plagiar directamente de internet, o de webs tan elocuentes como «el rincón del vago». Es el retrato de una farsa que amenaza con crecer. Hubo una estrategia para acallar el plagio de la tesis cometido por Sánchez y que no tuviera consecuencias políticas para él. Pero la marea ya lo desborda todo.

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