El tío Poto

«Apagadas las balas, estamos en la lucha contra el olvido. Los etarras y sus satélites cobardes se esmeran en que fuisteis daños colaterales. Ni olvidamos ni perdonamos. Somos más, mejores y más fuertes. Ganaremos»

Por Daniel Múgica

Estas fechas homenajeamos tu vida, segada por ETA/HB hace 22 años. Seguirás en el paraíso riéndote de todo con esa socarronería que despertaba carcajadas, nacida de tu bonhomía; con las reflexiones atinadas sobre política; cada noche hablabas con mi padre para comentarlas o mantener conversaciones privativas. Te extraña; tu familia; tus amigos; los adversarios políticos, los compañeros del resistente Goyo Ordóñez , enterrado a cien metros de ti, asesinado por los mismos euskonazis un año antes.

Era desternillante, con mis hermanos David y Débora , con mis primos, tus hijos, Fernando , José María y Rubén , oírte despotricar de lo injusto usando la mofa, inventando términos nacidos de la sabiduría. Tu nieto mayor, Jorge, maduro y bondadoso, ha heredado tu humor contra los liberticidas. Tus nietos Álvaro , Claudia y Fernando caminan de frente, rememorándote. La tía Mapi , tu mujer, se ha contagiado de tu ironía y anda en la lucha. Tu hermano Enrique y tus hijos no la han abandonado desde que te marchaste; antes ya la practicaban. El primo José Mari , Poto –porta tu alias con orgullo–, realiza unas declaraciones magníficas; Fernando le imita calmo; Rubén , clavado a ti, enlaza a los etarras en los tribunales. Les enseñaste bien la abogacía, con la que liberaste a nuestros compañeros de partido, el PSOE , de la cárcel en la dictadura franquista.

Los que acabaron con tu vida, no con tu memoria sanativa, se pudren entre rejas. No es odio, es justicia . Nos enseñaste que el rencor se debe convertir en razón para que no nos rebajemos a la indecencia, a pelear desde el civismo, a no mantener la equidistancia con los malevos a fin de que no perpetúen sus fechorías. Ganamos el gobierno con Zapatero y luego nos venció el PP con Rajoy, partido en el que tuviste y tenemos buenos amigos. A demasiada gente le cuesta asumir lo que habías asimilado desde lo holístico: se puede empatizar con quien no piense como tú, menos con los fascistas, cuya rama cruenta baliza el terrorismo. Zapatero, en lo relativo a la equidistancia, pergeñó la Vía Nanclares, mantenida por Rajoy. Se concede libertad a los internos emancipados del colectivo de presos, mientras pidan perdón a las víctimas, se comprometan a repararlas, y no vinculante, colaboren con la justicia. Ya están libres los sanguinarios Txelis, La tigresa y demás . Jamás repararán a las víctimas y menos proporcionarán pistas sobre los trescientos casos de asesinatos de la banda sin resolver. De denunciar a sus camaradas hubiera funcionado. Pero no lo ha hecho en el altar de la libertad y la justicia. La mayoría política, de los dos grandes partidos, salvo la notable excepción del ministro del interior y las pretéritas de Nicolás Redondo Terreros, hijo de tu amigo el gigante sindicalista Nico, y del presidente Aznar, no escuchan a las familias de los fallecidos. Se equivocan. La ley que empezó a acabar con ETA la hizo tu hermano, la dispersión de etarras en las cárceles; los dividió. Mi padre habitó los penales franquistas. Tus reiteradas visitas le hicieron más llevaderos aquellos tres duros años. Nunca has fallado a nadie.

Se han producido acaecidos que te hubieran confortado: España ganó el mundial de fútbol y alborozó de españolismo, también, a nuestros coterráneos vascos, aunque lo nieguen los hostiles; fue Lehendakari un socialista vasco, Patxi López, hijo de tu amigo el valiente Lalo.

Tu hijo Fernando lleva tu estrella de David y siente similar amor hacia Israel que tú y el resto de la familia. Mi padre y tú conseguisteis que estableciéramos relaciones diplomáticas con Israel. Felipe y Alfonso, que sigue siendo el mismo hombre ejemplar, lo aceptaron. Los judíos de Sefarad os lo agradecemos . Los primos, en tu residencia donostiarra, escuchábamos tus lecciones sobre Israel, desmadejadas con pasión y argumentación. No supimos hasta ser adultos que tu discurso servía a causas gemelas: la solidaridad con los discriminados, y con las mujeres por supuesto -hay que equilibrar los sueldos con los varones-; la acción en la justicia social; la defensa de los desprotegidos. Así hemos ido creciendo, con tus carantoñas y lecciones en el alma, siguiendo tu senda. Apagadas las balas, estamos en la lucha contra el olvido. Los etarras y sus satélites cobardes se esmeran en que fuisteis daños colaterales. Ni olvidamos ni perdonamos. Somos más, mejores y más fuertes . Ganaremos; nos queda, y a nuestros hijos, la vida entera por delante, la tuya en la nuestra.

Exigimos vuestra reparación moral. La Fundación Víctimas del Terrorismo le concedió el premio a RTVE por su labor en vuestro recuerdo. Es buena pero insuficiente . La reparación moral de nuestros difuntos podría comenzar con que RTVE, en sus informativos, dedicase un minuto y medio a vuestras figuras. Serían todas las jornadas del año, incluido el 11-M. Seremos tenaces, tú nos lo enseñaste. Vuestros hechos nos han robustecido.

Te amamos, tío Fernando. Shalom.

* Daniel Múgica es escritor.

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