Los pasos perdidos
Emana una cierta melancolía de quienes un día mandaron mucho y ya no
Mi columnista favorito no se ocupa de tormentas en vasos de agua. Las redes sociales le resbalan. Tampoco ejerce de tertuliano. Ni siquiera escribe en medio alguno porque se murió en 1592, a los 59 años, por unas anginas traidoras. Mi columnista favorito era culto, ...
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