Editorial ABC

El mismo Sánchez, el mismo gobierno

Si el PSOE quiere articular una mayoría que evite la repetición electoral, ha de anunciar, partiendo de la rectificación, qué ofrece a los partidos constitucionalistas

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Como ayer recordó el secretario general del PP, lo ideal es que no haya elecciones, aunque el principal obstáculo para la formación de gobierno siga siendo la incapacidad de Pedro Sánchez para sumar, más de tres meses después de los comicios, una mayoría suficiente. En una nueva vuelta de tuerca a la situación de bloqueo provocada por Sánchez, Teodoro García Egea llegó a pedir al presidente del Gobierno en funciones que sea el PSOE quien se abstenga para facilitar un ejecutivo de PP y Ciudadanos. Donde las dan las toman. La llamada de atención del Rey a las distintas fuerzas políticas para que pongan todo su empeño en evitar una repetición electoral es la expresión del sentir mayoritario de la sociedad, pero no una invitación para que el presidente del Gobierno en funciones vuelva por sus fueros, malgaste el tiempo disponible hasta septiembre con la ejecución de un nuevo ejercicio de pirotecnia política y propaganda y, finalmente, protagonice otra función parlamentaria concebida para su mayor gloria. Nada hace suponer, sin embargo, que Sánchez haya tomado nota y rectificado el rumbo de unas estrategias dilatorias que, sostenidas por el CIS de Tezanos, responden exclusivamente a su interés personal.

Sánchez se reunió ayer con representantes de asociaciones ecologistas -ignorando a sectores del conservacionismo tan relevantes como el de la caza o el toro de lidia- y por la tarde se citó en Valencia con los dirigentes de Compromís, enésimo brindis al sol de quien entiende una «ronda de contactos» como mera exhibición. Hace dos semanas, la abstención -puramente táctica- del grupo que lidera Joan Baldoví en el Congreso reveló el entendimiento entre el PSOE y los nacionalistas valencianos, con los que Sánchez quiso hacerse ayer una foto para ilustrar una nueva página de su voluminoso álbum de diálogos.

El choque de trenes que el candidato socialista provocó con Podemos en el Congreso y sus recurrentes ofertas a Cs para que se sume a un proyecto de corte moderado no se compadecen con el ritual escénico que comenzó ayer en Madrid y Valencia. Si Sánchez quiere realmente articular una mayoría que evite la repetición de los comicios, ha de anunciar públicamente qué ha cambiado en las últimas semanas y, partiendo de la rectificación de lo que ha sido su política, qué tiene que ofrecer al constitucionalismo -incluido el PP- para que tolere con sus votos la formación de un nuevo ejecutivo. El rechazo frontal de Ciudadanos y el PP a Sánchez está fundamentado en su alianza con el separatismo, no solo instrumental en la moción de censura del año pasado, sino medular en Ferraz para aislar al centro-derecha desde la etapa de Zapatero. Un nuevo gobierno obliga a proponer una nueva forma de hacer política. No es el caso de quien se sirve para ganar cuotas de poder de la abstención de Bildu.

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