Una raya en el agua
Manuel, de Málaga
Era el maestro del artículo corto y de la charla larga, de la sorpresa biselada en el relámpago de una metáfora
«Cuando termine la muerte, / si dicen «a levantarse» / a mí que no me despierten» (Manuel Alcántara)
Tenía las sienes plateadas, un bigote amarillo del tabaco, manos finas y mirada clara; nariz de boxeador y cierto aire de coquetería envuelta en una pudorosa elegancia. En su menuda y delgada osamenta, en su perfil senatorial de estatua clásica, transportaba un sentido insobornable de ...
Artículo solo para suscriptores
Si ya estás suscrito, inicia sesión
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete