Intolerable ataque a la privacidad

Es indudable que tanto la revolución tecnológica como el desarrollo de internet han supuesto enormes ventajas al conjunto de la sociedad, y prueba de ello es el extendido uso que hace la población de todo tipo de aplicaciones y dispositivos en su día a día, con los elevados beneficios que reporta a los grandes operadores del sector. Sin embargo, el mundo digital también implica graves amenazas y peligros, debido, en numerosas ocasiones, a los abusos que cometen las compañías, consentidos por los propios clientes cuando aceptan sin rechistar sus condiciones de uso. Nada sale gratis. Uno de los mayores problemas para los usuarios es el absoluto quebranto de su privacidad, y no solo por el hecho de que las tecnológicas comercien con sus datos de navegación e incluso personales, lo cual ya es grave, sino porque llegan al extremo de violentar la intimidad del hogar, tal y como acaba de admitir Google.

El buscador reconoce abiertamente que escucha el 0,2 por ciento de las conversaciones que los clientes mantienen con su asistente virtual, vulnerando así la confidencialidad de dichas interacciones, como bien ejemplifica la filtración de un millar de estas grabaciones a una televisión belga. Y todo ello, bajo el argumento de mejorar el servicio, cuyo fin no es otro que acrecentar las ganancias de la empresa. Esta práctica, generalizada entre los gigantes de internet, supone una transgresión intolerable de la privacidad de las personas, al invadir uno de los espacios más delicados y reservados del individuo, como son su domicilio y el seno de su familia. Urge que los gobiernos adopten las medidas oportunas para evitar los habituales atropellos que cometen las grandes compañías tecnológicas con los consumidores que emplean sus servicios. Hay líneas que no se pueden cruzar, ni siquiera en la selva de internet.