La gota
Desfilan una cocinita de juguete, sartas de zapatos y, más lento, un tazón de wáter, encanto que no tiene el urinario de Duchamp
El domingo me cogió la Gota en la autopista de Arganda, y a la hora en que los pinos carrascos de la Dehesa del Carrascal te abren el apetito como los pinos enanos del Valle de Viñales se lo abrían a Lezama Lima.
-¡Pino, ...
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