Garrido, con V de Vendetta

La venganza es un plato que se sirve frío, pero Garrido ha esperado casi más allá del postre para cobrársela

Álvaro Martínez

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La venganza es un plato que se sirve frío, pero en el caso de Ángel Garrido ha esperado casi más allá hasta el postre para cobrársela. La fuga a Ciudadanos del que fuera presidente de la Comunidad de Madrid (no electo, sino por sustitución de la dimisionaria Cristina Cifuentes) se ajusta al patrón de una vendetta toda vez que no hace ni una semana Garrido se mostraba encantado con el proyecto de Pablo Casado –así lo expresaba públicamente en multitud de declaraciones– y con que este le hubiera incluido en la lista europea del PP, en puesto de segura salida. Ahora, afirma que Ciudadanos «es el proyecto en el que cree» porque es el partido «que mejor representa los valores en los que creo» y por eso acepta ir el número 13 en la lista de Ignacio Aguado a la Comunidad. La política anda de tal manera que uno se acuesta conservador y se levanta liberal. Y tan ricamente...

No es Garrido el primero que se acoge a la turbo-mudanza ideológica, pero sin duda su marcha (sin avisar a nadie en la dirección del PP) resulta la más aparatosa de los últimos tiempos. El propio exdirigente popular ha defendido su marcha: «como a mí se me avisó a última hora de que no iba a ser el candidato del PP a la Comunidad, yo hago lo mismo», reflexión que confirma la teoría de la venganza. Esto funciona así.

Quizá el PP debió confiar en Garrido para el reto de retener el poder en Madrid, pues su callada gestión había alcanzado algún éxito reseñable. Pero una vez que él acató la decisión y se puso (o fingió, según vemos ahora) tan contento a dar saltos de alegría por formar parte del proyecto europeo del PP, es difícil no enmarcar su marcha a Ciudadanos en el marco de un ajuste de cuentas. Sí, la venganza es un plato que se sirve frío; hoy Garrido ha convertido la suya en un sorbete. Veremos cómo el electorado digiere este, sin duda, mal trago para el PP, porque, aunque en retroceso, la fidelidad, la palabra dada y el ir por derecho aún forman parte de los valores que uno tiene en cuenta cuando elige su papeleta.

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