Cápsulas de felicidad
Los inventos de Chicho Ibáñez eran una fiesta en un mundo de menos estímulos
Los días se van como caballos salvajes que corren sobre las colinas, como dejó escrito el gran Bukowski, cuando entre copa y copazo se marcaba unos versos. Pero aún así, dejan su huella. Siempre resulta curioso elegir un año cualquiera, de apariencia anodina, y repasar ...
Artículo solo para suscriptores
Si ya estás suscrito, inicia sesión
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete