Cambio de guardia
Cancelad redes
El nuevo totalitarismo no reprime: diseña deseos. Y los satisface generosamente
Más de 21.000 millones de dólares pagó Mark Zuckerberg por la compra de WhatsApp. De entrada, algunos accionistas pusieron reparos: ¿qué sentido tenía hacer tal dispendio por un dispositivo de uso gratuito y, por tanto, no capitalizable? La respuesta fue fulminante: poder. Mil quinientos ...
Artículo solo para suscriptores
Si ya estás suscrito, inicia sesión
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete