Voz a Vox
Vox hablaba ni más ni menos que de España. Y sin avergonzarse. Pero no salía en parte ninguna
Aunque se llama Vox, parecía un partido afónico, porque apenas se le oía nada. O no hablaba. O no lo dejaban hablar. O no decían lo que había hablado. Llenaban «hasta completar aforo» sus actos, y decía las cosas que querían oír los votantes del ...
Artículo solo para suscriptores
Si ya estás suscrito, inicia sesión
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete