Woody Allen saca su lado más amargo en 'Wonder Wheel'

El nuevo filme del director neoyorkino, protagonizado por una soberbia Kate Winslet, tiene un punto de vista muy negativo del amor

Kate Winslet es Ginny en 'Wonder Wheel'.

José Juan López

Woody Allen cumplió 82 años el pasado 1 de diciembre y en su nueva película, 'Wonder Wheel', se pone sentimental. La trama se desarrolla en un parque de atracciones de Coney Island, en el extremo sur de Brooklyn, una zona que el director conoce a la perfección, porque fue donde pasó su infancia.

Allen se pone sentimental en la ambientación, tanto en la visual como en la musical, pero no en la historia de fondo. Recrea de una manera muy efectiva los años cincuenta, a los que trata con un brillo especial, casi angelical. Sin embargo, el formalismo de la película engaña. Uno puede interpretar que es un filme cómodo, amable, pero acaba revolviéndote las entrañas en la butaca del cine.

El personaje de Kate Winslet, Ginny, recuerda a los más atormentados de su filmografía. Se trata de una actriz frustrada que trabaja de camarera y que está infelizmente casada con Humpty (Jim Belushi), el encargado de un tiovivo. En la historia entran en acción Mickey (Justin Timberlake), un guardacostas con vocación literaria, y Carolina (Juno Temple), la hija de su marido.

Winslet y Blanchet

Kate Winslet y Justin Timberlake protagonizan 'Wonder Wheel'.

Una vez más, Allen centra la trama de su película en el amor y en las infidelidades. Lo que ocurre con 'Wonder Wheel' es que comienza siendo una comedia ligera y acaba con un tono de tragedia griega. Toda esa carga dramática, toda esa evolución, la vivimos en una genial Kate Winslet, que es el personaje central de la trama, el que acaba determinando el desarrollo inevitable de los acontecimientos.

No es una película que vaya a destacar dentro de la filmografía de Allen, sobre todo por la falta de originalidad en la historia principal. La película parece un collage de filmes clásicos del director neoyorkino: las relaciones de pareja de 'La rosa púrpura de El Cairo', los mafiosos vengativos de 'Broadway Danny Rose' o 'Balas sobre Broadway', las atracciones físicas de 'Si la cosa funciona' o la fuerza del personaje femenino de 'Blue Jasmine'.

Precisamente de esta última, 'Blue Jasmine', se le puede sacar un gran parecido a los personajes que interpretan las maravillosas Cate Blanchet y Kate Winslet: mujeres exageradamente desesperadas, con mala suerte en el amor y que no logran conducir sus vidas por el camino que pretenden.

La noria Wonder Wheel, el parque de atracciones, la casa con ruidos... todos estos detalles secundarios que acompañan la trama ya los tocó Allen contando su infancia en 'Annie Hall' y en 'Desmontando a Harry'.

Amor dañino

Juno Temple se pone en la piel de Carolina en 'Wonder Wheel', la nueva película de Woody Allen.

El concepto de amor como elemento de odio es uno de los recursos que Woody Allen más ha usado a lo largo de su extensa filmografía y en 'Wonder Wheel' podemos verlo elevado a la enésima potencia.

El hecho de estar enamorado, lejos de ser algo positivo, metamorfosea a sus personajes hasta convertirlos en seres pueriles, capaces de hacer cualquier cosa para conseguir sus objetivos.

En esta película, como en tantas otras obras del maestro de Brooklyn, la característica que poseen en común casi todos los personajes es que son egoístas. Besan si se sienten atraídos sin pensar en las consecuencias y mienten sin despeinarse para no quedar mal. La moral no existe

Winslet frente a Farrow

Una madre insatisfecha, un marido maltratador y borracho, un hijo pirómano, un atractivo y seductor guardacostas, una chica que huye de su pasado y una pareja de gánsteres conforman el variopinto grupo de personajes que, a orillas del Atlántico y bajo la sombra de la maravillosa noria Wonder Wheel, trazan una historia carente de brillo pero con una fuerza bruta que golpea al espectador cada vez que Kate Winslet llena la pantalla con una mirada o una línea de texto.

A la película, en todo caso, le falta algún golpe cómico. Pretende y consgue ser áspera, pero el mensaje que busca dar ya lo hemos recibido de Allen, sobre todo en los ochenta, cuando Mia Farrow era su actriz fetiche. Con ella, dentro de los dramas, todo era más amable.

Steve Schrripa, Tony Sirico y Jim Belushi en 'Wonder Wheel'.

Con Winslet, desde el primer fotograma sabemos que no vamos a poder sonreir, que no vamos a poder encontrar un momento de respiro. Los que busquen a un Allen cómico, que se queden en casa. Yo, particularmente, prefiero sus amables comedias a sus tragedias griegas.

Aun así, por algunos diálogos, por la música y por la Winslet, la película merece ser vista. Y es que hay cosas que Woody Allen siempre hace bien: dirigir actrices, seleccionar la música y escribir guiones con vida más allá de la originalidad de las historias de fondo.

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