PUNTADAS SIN HILO

EL TEMPORAL

Está bien que Rajoy y Susana se hagan fotos en La Antilla, pero el temporal que deben atender juntos es el del PIB o el paro

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, visitan las zonas afectadas por el temporal en La Antilla (Huelva) EP
Manuel Contreras

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Con rostros de preocupación y gestos circunspectos, el presidente del Gobierno y la presidenta de la Junta de Andalucía han visitado juntos algunas de las playas de Huelva más castigadas por el temporal. Ya ha tenido que llover en la costa para que Rajoy y Susana hayan acordado una visita conjunta a la zona, renunciando a adelantarse uno al otro para salir primero/a en la foto y criticar al oponente político. Cuentan los testigos que incluso Susana Díaz llegó bastante antes que Rajoy, que viajaba desde el aeropuerto de Faro, y le esperó pacientemente. No hubo cafelito compartido ni atisbo alguno de complicidad, pero la simple foto conjunta, la coordinación de ambos mandatarios a la hora de hacer declaraciones y el compromiso de trabajar conjuntamente para recuperar la zona —«como hicimos en el incendio de Doñana», recordó Susana Díaz— permitió un atisbo de confianza en que dirigentes de diferentes partidos sean capaces de anteponer el interes común de nuestra tierra a sus estrategias partidistas.

El problema es que el temporal pasará. Por mucho que llueva, en cuestión de días escampará. Dejará unos daños importantes que habrá que reparar, de acuerdo, pero se trata al fin y al cabo de una coyuntura puntual. Igual que el fuego de Doñana, que nos estremeció a todos pero que fue sofocado. Desapareció. El problema viene con otros temporales mucho más persistentes. Como la tormenta del PIB per capita andaluz, 17.790 euros, un 26,1 por ciento por debajo de la media nacional. O la del paro, del 26 por ciento, una ratio en la que Andalucía sólo mejora en Europa a Macedonia Occidental, una región del Peloponeso y a Melilla. Si hablamos de paro juvenil, el abanico se abre: ganamos a Melilla, Ceuta y Calabria. Tampoco escampa el temporal del riesgo de pobreza, del 41,7 por ciento en Andalucía, veinte puntos más que la media de la UE; o del fracaso escolar, del 23,1 por ciento, cuatro puntos por encima de la media nacional y el doble que el registro de la Unión Europea, que se queda en el 10,7 por ciento. O el riesgo de exclusión, del 43,2 por ciento en Andalucía frente al 28,6 por ciento del resto de España. Y así podríamos seguir hasta agotar todas las isobaras del mapa socioeconómico.

Está muy bien que Rajoy y Susana se hagan la foto juntos en La Antilla y compartan buenas palabras, pero Andalucía necesita que el entendimiento vaya más allá de un chaparrón puntual. La verdadera urgencia pasa por una colaboración leal para atraer empresas, promover inversiones e impulsar la convergencia con España y Europa. Por ver a Rajoy y Susana juntos cada tres meses inaugurando parques empresariales, infraestructuras e industrias. Pero la esperanza de un gobierno coordinado que pusiese a la comunidad autónoma en el camino de la recuperación es una entelequia utópica: si hay un temporal que nunca cesa en Andalucía es el del rencor y la vendetta política.

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