La controvertida historia de la mariposa más bella de Europa

Su descubrimiento en 1848 causó una verdadera conmoción entre los entomólogos, que viajaron a España para capturarla

El Museo Nacional de Ciencias Naturales custodia más de 360 ejemplares de Graellsia isabelae MNCN

NATURAL

Según las crónicas, parece ser que el médico de la corte y naturalista suizo Juan Mieg (1780-1859), al que se considera precursor de la entomología en España, fue quien tuvo la fortuna de ser el primero que vio esta especie hacia 1835 en la Granja de San Ildefonso (Segovia) y la confundió con la mariposa americana Saturnia luna ( Actias luna ), tal vez por el hecho de no encontrar ejemplares vivos, únicamente restos de alas, recuerdan desde el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) .

Un día en el que Mieg hablaba con Mariano de la Paz Graells (1809-1898), le comentó el hallazgo de este bello lepidóptero en la sierra de Guadarrama. Esto no hizo sino despertar la curiosidad del hombre que tres lustros después dirigiría el citado centro del CSIC, hasta el punto de que Graells dedicaría más de una década a buscarlo, informa la agencia de noticias Dicyt . Pero no fue hasta el mes de agosto de 1848 cuando descubrió una oruga , que bien podría ser la mariposa tan buscada. Con la esperanza de encontrar individuos adultos volvió al mismo lugar, en los montes de Peguerinos (Ávila) , durante la primavera de 1849 y allí consiguió un ejemplar adulto hembra con la ayuda de su perra. Actualmente, en el sitio del descubrimiento hay una placa metálica conmemorativa sobre una roca, que colocaron los Ingenieros de Montes .

Curiosamente, el hallazgo no satisfizo sus expectativas de dar con el saturnido americano que andaba buscando, ya que al examinarlo con detenimiento, le surgió la duda de que se tratase de una especie nueva. Para acabar con la incertidumbre, Graells envió el ejemplar al Museo Británico , donde le pidieron precio por la mariposa. Lo único que se sabe de aquella consulta es que los británicos abonaron las 500 pesetas que les pidió Graells y que el ejemplar pasó a ser propiedad del museo de Londres.

Muchos entomólogos europeos negaban su procedencia española

El descubrimiento de esta bella mariposa, a la que en principio pensó en llamar Saturnia diana y posteriormente se la dedicó a la reina de España Isabel II , con el nombre de Saturnia isabelae, supuso para Graells una gran satisfacción. Según las crónicas, la soberana agradeció el homenaje del entomólogo, luciendo en una recepción en palacio un ejemplar de la especie montado sobre un collar de esmeraldas.

Hallazgo polémico

El hallazgo, sin embargo, no estuvo exento de polémica ya que muchos entomólogos europeos negaban su procedencia española. Por aquel entonces, los entomólogos alemanes y franceses que realizaban excursiones entomológicas por tierras españolas casi siempre se dirigían hacia Andalucía y más tarde hacia Aragón durante los meses de verano, lo que hacía imposible su captura al ser una especie nocturna y primaveral y, por entonces, sólo conocida en la sierra de Guadarrama.

El hecho de que en las primeras publicaciones impresas no se mencionase el lugar exacto del hallazgo (únicamente se hacía referencia a «los montes de su real majestad»), ni la planta de la que se alimentaba la oruga, despertó la suspicacia en sus colegas europeos. Sin embargo, los borradores de la descripción de la especie en latín, así como los dibujos , que se conservan en la biblioteca del Real Monasterio del Escorial, desmienten que Graells omitiese esta información.

Se tradujo mal su nombre y se eliminó información sobre la especie de forma intencionada

Si hubiera que buscar responsables de que no se incluyeran estos datos habría que señalar a dos entomólogos franceses amigos suyos, sostienen desde el MNCN: Fairmaire que tradujo la memoria del español al francés, poniendo el nombre de isabellae en lugar de isabelae como originalmente estaba escrito, y, especialmente, a Feisthamel que pidió a este último que no diese esta información e hizo eliminar las hojas de pino de la lámina en la que se representaban las orugas, de la Memoria que presentó Graells en la Sociedad Entomológica de Francia en diciembre de 1849, y que aparecería en los Anales de dicha Sociedad en 1850.

Habría que esperar hasta mayo de 1853 para que se conociera al macho de la especie. Graells dio cuenta de su hallazgo en la Parte Zoológica de las Memorias de la Comisión del Mapa Geológico de España, que se publicaría en 1855, y en el que se indicaba que la mariposa se encontraba en la sierra de Guadarrama , en la provincia de Madrid.

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