Demonio de Tasmania
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AUSTRALIA

Demonio de Tasmania: está creando defensas para combatir el cáncer que diezma su población

Los investigadores se muestran confiados en que la enfermedad acabe convirtiéndose en endémica y se mitigue el riesgo de extinción de este marsupial

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Los demonios de Tasmania están desarrollando defensas ante el letal cáncer contagioso que aqueja a este marsupial, lo que podría evitar su extinción, según un informe divulgado ayer en Australia.

Este tumor, que a menudo se contrae a través de heridas sufridas en peleas con ejemplares infectados, aparece en la boca del animal y aumenta de tamaño hasta causar unas deformaciones que le impiden comer para sobrevivir.

«Los animales y sus enfermedades evolucionan», dijo una de las autoras del estudio, Menna Jones, de la Universidad de Tasmania, a la cadena ABC.

«Esperamos que el receptor, en este caso el demonio, desarrollará resistencia y tolerancia al letal cáncer y que la enfermedad evolucionará y no matará al receptor tan rápido», añadió Jones.

La investigación halló que los tumores faciales que afectan a la población de estos marsupiales carnívoros, que habitan el noroeste de la isla de Tasmania, están cambiando.

Los investigadores creen que esto mitiga el riesgo de que el demonio de Tasmania (Sarcophilus laniarius) se extinga y que la enfermedad acabará convirtiéndose en endémica.

«El demonio será capaz de vivir con ella y probablemente hasta recuperarse, así que será parte de un número de enfermedades y patógenos que rodeen al demonio», explicó Jones.

Datos genéticos e inmunológicos

Los autores del estudio, que se realizó en colaboración con la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y las autoridades medioambientales de Tasmania, reunieron datos genéticos e inmunológicos cada tres meses durante una década.

El líder de la investigación, Rodrigo Hamede, indicó que no se registró un declive de la población de los demonios en los primeros seis años desde la aparición de la enfermedad y que en ese período la tasa de infección fue baja.

Sin embargo, en el séptimo año la población diezmó de forma significativa y rápida, lo que llevó a realizar este estudio que descubrió otra cepa genética del tumor.

«El tumor diploide que ha causado efectos dramáticos en la población de Tasmania no es un nuevo tumor, sino el más prevalente en toda Tasmania», dijo Hamede a ABC.

«No se trata de una evolución del tumor en sí, sino de la competición entre dos cepas de tumores», añadió.

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