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YOUTUBEConducir un Lamborghini: solo para iniciados

Las características de un superdeportivo de este tipo hacen necesario tener mucha experiencia antes de ponerse al volante

MADRID Actualizado: Guardar
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Mucho está dando que hablar el incidente protagonizado el pasado fin de semana por el conductor de un lamborghini , al abandonar en la sierra madrileña su vehículo, un modelo Aventador, generando multitud de críticas y opiniones respecto a la dificultad de conducir un coche de estas características.

Lo cierto es que un vehículo como este no se conduce como si fuese un utilitario cualquiera. Basta mencionar alguna de sus características para darse cuenta de que sentarse a los mandos del coche y pisar el acelerador puede acarrear consecuencias muy graves si uno no es consciente de la lmaquina que se está manejando. El vehículo posee un motor V12 de 6,5 litros y 700 caballos de potencia, capaz de pasar de 0 a 100 km/h en tan solo dos segundos.

Esto implica que fácilmente se puede perder el control si no se manejan tanto el volante como el pedal con suma cautela.

Según Ernesto Nava, director de la Escuela de Conducción del RACE, «no vamos a decir que sea un coche ingobernable, pero no podemos negar que tiene unas características y unas prestaciones que exigen cierta destreza a la hora de manejarlo».

La decisión del conductor de dejar el coche en la sierra madrileña le aprece acertada porque «hay que tener en cuenta además que la carretera no es precisamente fácil, y menos para un coche en el que se necesita cierto período de adaptación».

Para empezar, la primera diferencia que se notará al subirse aun «superdeportivo» como un Lamborghini es la altura del coche, la posición de los asientos, y el tamaño del vehículo. La posición baja del asiento puede suponer una dificultad dependiendo de la estatura del conductor. Hay que ajustar bien los espejos retrovisores y la postura al volante. Y aún así, la visibilidad de este tipo de vehículos nada tiene que ver con las que ofrece un utilitario o una berlina. Hay que acostumbrarse a circular con una visión más limitada del entorno, y, por supuesto, tener mucha precaución cuando se vaya a hacer una maniobra.

Ernesto Nava explica a ABC.es que «la dirección de este coche es muy directa y poco desmultiplicada, y está diseñada así precisamente para que haya mucha precisión en la trayectoria». Un Lamborgnini y en general estos superdeportivos «tienen unas medidas de neumático muy anchas, y si bien la servodirección que llevan es muy buena, exige una precisión en los gestos y en los movimientos».

Al arrancar, hay que ser conscientes de la potencia del motor. Si no nos damos cuenta, podemos ponernos a 100 km/h en pocos segundos, perdiendo fácilmente el control, aunque aunque muchos de esos vehículos cuentan con sistemas inteligentes que regulan los cambios drásticos de aceleración.

También hay que tener cuidado en las curvas cerradas y evitas hacer demasiado esfuerzo sobre el volante al conducir. Los Lamborghini no ofrecen los sistemas de control de estabilidad que están disponibles en otro tipo de vehículos, por lo que el control del coche depende de la destreza que tenga el piloto al volante.

Igual que sucede con la aceleración, hay que frenar con mucha sutileza. Por ejemplo, un Lamborghini Gallardo Superleggera tiene frenos cerámicos de carbono y tienen una eficiencia asombrosa que conviene saber controlar.

Las marcas que fabrican este tipo de vehículos ofrecen los compradores cursos de conducción antes de la entrega.

Además, esisten otro tipo de cursos de pilotaje, como el impartido por el RACE a través de su Drivers Academy. A través de clases teóricas y prácticas en circuito se aprenden técnicas que resultan muy útiles tanto para pilotar en una competición como para el día a a día al frente de un superdeportivo de gran potencia.

Según nos explican desde el RACE, es importante conocer, en primer lugar, la tecnología del automóvil que vamos a manejar. Solo de este modo podremos ser conscientes de los elementos de seguridad de nuestro vehículo y de cómo funcionan. Un segundo factor son el único contacto del coche con la carretera. Hay que saber cómo se comporta nuestro coche ante distintos tipos de carretera y con distintos tipos de neumáticos.

Una tercera prueba es la de enfrentarse a posibles distracciones, y a moverse en un entorno seguro, para saber reaccionar ante cualquier tipo de interacción a lo largo de la conducción. La aprte final de los cursos incluye cuestiones como la distancia de frenado y seguridad, e incluso un simulador de vuelco en el que se aprende a salir de manera segura de un coche accidentado.

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