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Test INKACoches nuevos con 12 años de «rodaje» a sus espaldas

Audi alcanza la prueba de corrosión y envejecimiento número 100 en sus instalaciones de Ingolstadt

Madrid Actualizado: Guardar
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Doce años de rodaje y sufrimiento en sólo diecinueve semanas de vida. Se trata del test de corrosión y envejecimiento INKA, el exigente examen al que somete «Audi Quality Assurance» a sus coches nuevos. Esta prueba, que se realiza en las instalaciones de la marca de los cuatro aros en Ingolstadt, ha alcanzado su edición número 100 «haciendo sufrir» a un nuevo Audi A4. Todo un desafío, que simula las condiciones a las que se enfrenta un coche en sus doce primeros años de vida, para verificar la efectividad de la protección anti-corrosión y durabilidad de los vehículos nuevos.

Con su test tipo INKA número cien, los vehículos testados por Audi han completado hasta la fecha un total de 322.500 horas de pruebas, han recorrido más de un millón de kilómetros y pasado por 2.800 ensayos en barro y 1.900 en medio salino.

El ensayo de resistencia comprende cinco fases en las que los coches son sometidos a las condiciones más extremas.

En la primera, el coche recibe una «niebla» de agua salina en una cámara climática a 35 grados centígrados. A continuación, se expone al vehículo a un clima tropical de hasta 50 grados y con una humedad máxima del aire del cien por cien. En la tercera fase, 80 lámparas de alta potencia, cada una con una intensidad de 1.200 vatios, calientan la carrocería hasta un máximo de 90 grados centígrados. En el proceso, los materiales del interior han de mantener su color y no deben quedar quebradizos.

La cuarta fase simula condiciones invernales en el círculo polar. A 35 grados centígrados bajo cero, una máquina con cuatro postes hidráulicos mueve el coche para simular la torsión y tensión de la carrocería y los apoyos del motor que los vehículos soportan al circular en carreteras muy bacheadas.

La quinta y última fase consiste en que los probadores conduzcan sobre las pistas especiales de ensayo al aire libre. Recorren un total de 12.000 kilómetros con cada coche nuevo, incluyendo zonas con barro y con medio salino. Al final del ensayo, los inspectores de calidad diseccionan el coche en unos 600 componentes individuales para revisarlos en busca de posibles puntos débiles.

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