Un tercio de los radares españoles son en realidad cajas vacías

La Dirección General de Tráfico (DGT) tiene controlados como peligrosos en torno a 1.500 tramos, lo que significa un total de alrededor de 25.000 kilómetros de nuestra red de carreteras. Tramos en los que controla la velocidad a la que se circula con cerca de 600 radares fijos a los que une los radares móviles que va cambiando de ubicación, y los radares de tramo -que superan los 1.000-. En total más de 900 radares para controlar que no se superen los límites de velocidad , a los que une además los ocho efectivos helicópteros con radar Pegasus y los 6o velolaser que entraron en funcionamiento el pasado año.

Y, aunque los radares ya forman parte del paisaje habitual con el que conviven los conductores españoles, según datos de la DGT, en las carreteras de Francia son 4.000, y 7.200 en el Reino Unido. Pero, ¿están activos todos los radares, o hay cajas vacías?

Desde la web de renting de ALD Automotive , detallan que, de acuerdo con el director de la DGT, Pere Navarro , una de cada tres cajas en las que debería haber un radar se encuentra vacía o desconectada. Una estrategia que, según Navarro, busca reducir los excesos de velocidad solo con ver los carteles, ya que «el cartel que avisa de un radar surge su efecto». En las mismas declaraciones a Europa Press, Navarro confirmó que los planes de su entidad no pasan por ampliar la base de radares, aunque sí colocarlos en zonas donde puedan ser más útiles.

Además de la ubicación de los radares y del hecho de que no todos funcionen, Navarro también aclaró cuál va a ser la política de la DGT en lo que al margen de error de estos dispositivos se refiere . Desde 2015, tanto los fijos como los móviles sancionan teniendo en cuenta la «regla del 7». Es decir, que si la velocidad del vehículo es inferior a 100 km/h, se le aplica un margen de 7 km/h, mientras que si supera dicha velocidad, se aplica un 7% sobre el límite genérico establecido en dicha carretera.

Por ello, la DGT ha tenido en cuenta el margen de los radares con una mayor antigüedad , establecido en un 7%, y el de los más recientes (un 3%), optando finalmente por fijar el 7% como medida general, ya que es el margen de error que menos perjudica a los conductores. Según Pere Navarro, «si hay que dar más margen, se da más margen y no pasa nada. Lo que queremos es no entrar en discusiones evitables».