Sobre nieve y hielo: la prueba de fuego del Mercedes GLA 200d

Tan solo 80 kilómetros han sido necesarios para testar un vehículo que nada tiene que envidiar de sus competidores más próximos

Pura diversión, tanto para el día a día como para alejarte del ajetreo de las grandes ciudades N. SOAGE
Noelia Soage

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No hay nada más placentero para un conductor que ponerse al volante de un puesto de conducción que te deja sentir, ver y tocar tanto deportividad como calidad . Y todo a una altura no mucho mayor que un compacto convencional. En esta ocasión, nos hemos puesto al volante de un Mercedes GLA 200d. Este modelo es movimiento, de hecho, no sientes que estés en un SUV debido a tu firme pisada y su dirección en curva, la cual recorre de forma muy natural.

Pronto transmite confianza gracias a un motor 2.1 turbodiésel de 136 CV con cambio de doble embrague de siete marchas, una motorización de acceso en la gama diésel del GLA muy conocido en Mercedes, de muy correcta respuesta y consumos moderados . Es más, el consumo combinado de este modelo, durante una semana al volante, no subió en ningún momento de los 5,5 litros. Asimismo, este modelo permite elegir entre tres modos de conducción: eco, confort y sport. Y sea cual sea el elegido, el GLA circula con mucha suavidad y silencio.

El interior es amplio y confortable. En lo primero en lo que fijas la mirada es en sus asientos deportivos con una ergonomía superior, perfectos para viajes cortos , pero todavía más para un viaje largo e incluso con irregularidades en la carretera. Algo especialmente fácil e intuitivo es su sistema central , el cual puedes manejar casi sin apartar la vista de la carretera gracias a una pequeña rueda giratoria a la altura del reposabrazos.

Incluso su amplio espacio nos ha sorprendido gratamente, no solo por la comodidad que permite al piloto y copiloto, sino también de los demás ocupantes, muchas veces olvidados. Y más cuando se trata de personas muy altas que ya buscan en un SUV el espacio que otros vehículos no les permiten.

Un recorrido desde el interior de Madrid hasta una de sus limitaciones, el Alto del León, donde culmina el puerto de Guadarrama , ha sido la ruta elegida para probar este modelo. Casi 80 kilómetros -solo de ida- para testar un vehículo que nada tiene que envidiar de sus competidores más próximos.

Hemos descubierto que se trata de un coche muy divertido que tanto sirve para el día a día como para alejarte del ajetreo de las grandes ciudades y llevarte a lugares donde soñar. Es más, cuando el terreno se complica, este modelo del fabricante alemán también da la talla . Y es que lo hemos sometido a una prueba de fuego de altura durante un par de kilómetros con intención de determinar cómo se comporta este 4x2 sobre nieve y hielo. Y dicho esto, ya que este tipo de tracción, aunándole un cambio automático, no es la indicada para estas superficies.

No obstante, el Mercedes GLA 200d la ha superado con solvencia. Se desliza por la nieve como si fuera su medio natural y, además, cuando le toca empujar, bien es cierto que no lo consigue a la primera, pero tampoco se rinde. Aunque es interesante recordar que para este tipo de superficies unos buenos neumáticos de invierno ayudarán a superar el recorrido con mayor facilidad.

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