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Mariano Rajoy, en su discurso en la entrega del premio a Mejor Coche del Año ABC 2016 - JAIME GARCÍA
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MEJOR COCHE DEL AÑO ABC 2016

Rajoy: «La industria del automóvil es capital para España»

El discurso del presidente del Gobierno en funciones en la entrega del premio a Mejor Coche del Año ABC 2016 al Hyundai Tucson

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«Señor Ministro de Industria, Energía y Turismo; Autoridades; Señoras y señores directivos de ABC y Grupo Vocento; Señoras y señores representantes del mundo del automóvil, amigas y amigos todos,

Muchas gracias por su invitación a participar en un día especial para la industria del automóvil. En toda entrega de premios, lo primero es felicitar al ganador. Y yo quería, nada más comenzar, felicitar a la marca HYUNDAI por su modelo TUCSON. Un Coche del Año que ha logrado brillar entre otros automóviles excelentes y seducir a un jurado muy cualificado.

Decía que hoy es un día especial para la industria del automóvil. Y debo decir que también lo es para todos, porque la industria del automóvil es capital para España.

Yo mismo lo he podido ver de primera mano en mis visitas a distintas fábricas a lo largo y ancho de nuestro país. Y he podido comprobar que el caso de la automoción es ejemplar del camino que hemos recorrido en estos años. Porque, de igual modo que esta industria acusó gravemente –como ustedes bien saben– la recesión, también ha sido de las primeras en levantar el vuelo de la recuperación. Y con su buena marcha, ha tenido un impacto favorable en todo el conjunto de la economía.

Los datos son elocuentes. Somos el octavo fabricante mundial, cuando en 2012 éramos el decimotercero. Llevamos 29 meses de crecimientos continuados en matriculaciones. La producción de vehículos aumentó en 2015, con más de 2,7 millones de unidades fabricadas. Las exportaciones crecieron por valor de un 18% durante el año pasado. Un sector tan relevante como es el de componentes también va al alza. Y estas realidades llevan consigo otra muy positiva: dentro de la industria manufacturera, uno de cada tres nuevos puestos de trabajo proviene del sector de la automoción. Felizmente, además, los datos de la industria automotriz tienen su correlato en la producción industrial en general, que en 2015 experimentó el mayor incremento desde el inicio de la crisis: un 3,2%.

En la vida las cosas rara vez ocurren por casualidad, y en la industria del automóvil sucede lo mismo. Partíamos de una situación muy negativa. Baste pensar que, a comienzos de la anterior legislatura, la producción no llegaba a los 2 millones de vehículos y que el mercado había caído a niveles mínimos, con apenas 700.000 unidades. Las inversiones se ralentizaban y nuestro parque automovilístico envejecía.

Hubo, por tanto, que afrontar los problemas del sector. Y me alegra decir que la automoción fue una prioridad estratégica para mi Gobierno desde el primer día. Con medidas marco como la Agenda para el Fortalecimiento Industrial o planes específicos como los PIVE o PIMA, queríamos conseguir varios objetivos. En primer lugar, mejorar la competitividad del sector; en segundo lugar, impulsar la renovación del parque y, por último, generar un marco atractivo para la inversión. Es mucho, sin duda, lo que queda por hacer, pero lo cierto es que, tras estas medidas, nuestro sector automotriz ha vuelto a cobrar impulso.

Y ha ocurrido aquí algo muy importante. Del mismo modo que la riqueza generada por este sector se hace sentir sobre todo el conjunto de la economía, la influencia de las reformas y la mejora de la economía española también han sido muy positivas para esta industria. Por eso podemos decir que el automóvil es uno de los grandes casos de éxito de estos años.

Hoy, este sector tiene un futuro alentador. Hemos atraído poderosas inversiones. Pero esta industria respondió positivamente a medidas acertadas, y este es el camino que hemos de seguir. Lo contrario sería poner en riesgo este sector de referencia. Una industria excepcionalmente sensible a las reformas, positivas o negativas, y también a la marcha de la economía en general.

Por eso, no podemos permitirnos generar inestabilidad o incertidumbre. No podemos anunciar, como hoy hacen algunos, involuciones al pasado. Muchas inversiones, muchos puestos de trabajo, y el bienestar de muchos españoles dependen de que España tenga un Gobierno serio, comprometido y reformista. Un Gobierno que lleve hasta el final las reformas positivas emprendidas y no juegue con las cosas que, como la industria del automóvil, son capitales para todos.

Muchas gracias».

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