El Plan Estratégico de Automoción, con 2.634 millones, contempla ayudas a la compra y achatarramiento de coches antiguos
El ministerio de Industria presenta una hoja de ruta hasta 2025 con medidas de estímulo para la transición hacia una movilidad de cero y muy bajas emisiones
Hasta 2.634 millones de euros quiere destinar el Ejecutivo de Pedro Sánchez para la transición hacia una movilidad de cero y bajas emisiones. Así lo prevé el denominado Plan Estratégico de Apoyo Integral al Sector de la Automoción, presentado este lunes por la ministra de Industria, Reyes Maroto , y el secretario general del ramo, Raül Blanco.
El texto, que Maroto asegura haber consensuado con el sector y los agentes sociales, con los que lleva trabajando desde hace nueve meses, busca «ofrecer certeza al sector y a los consumidores». Así lo ha detallado la propia ministra durante su presentación, que afirma que las compañías automovilísticas tendrán garantizado «un marco estable para las inversiones productivas en España». Del mismo modo, los consumidores « pueden conocer la hoja de ruta y elegir el coche que quieran comprar en función de la movilidad que deseen ».
La propuesta, que Industria querría haber firmado con los representantes del sector antes de la disolución de las Cortes -este 5 de marzo- dependerá del Gobierno que surja de las urnas el próximo 28 de abril. En una reunión celebrada con representantes de los sindicatos y las asociaciones de fabricantes (Anfac), de concesionarios (Faconauto), de vendedores (Ganvam), de importadores (Aniacam) y de proveedores (Sernauto), la semana pasada, esta pusieron sobre la mesa tres condiciones: Neutralidad tecnológica -que no se criminalice a los motores de combustión, diésel y gasolina, y se prime al coche eléctrico-, un plan para la renovación del parque y que se reconozca a los modelos de combustión como válidos para el uso y compra.
El anteproyecto de Ley de Cambio Climático, presentado a finales de febrero en el Consejo de Ministros, impone que a partir de 2040 solo se podrá comercializar «vehículos con emisiones de 0 gramos de CO2 por kilómetro». Una meta que enterraría la venta de coches diésel y gasolina tal y como se conocen en la actualidad, si bien la redacción final del texto se suavizó para evitar mencionar prohibiciones a tecnologías concretas.
El Plan Nacional de Energía y Clima, asociado al anteproyecto de Ley y presentado al mismo tiempo, contempla destinar 1.000 millones de euros entre 2021 y 2025 , a razón de 200 millones de euros por año, a la adquisición de vehículos «limpios», presumiblemente eléctricos, y la instalación de puntos de recarga. Ahora, el Plan presentado por Industria eleva la cantidad total al contemplar también planes de achatarramiento de vehículos antiguos e inversiones industriales en I+D+i que atraigan a las fábricas españolas modelos más sostenibles. Además, según EP, en los nuevos planes de incentivo «no se descarta ninguna tecnología».
515 millones hasta 2020
Para los dos primeros años, hasta 2020, Industria calcula un impacto presupuestario de 515 millones de euros . Teniendo en cuenta el efecto arrastre de las inversiones de los fabricantes, las mejoras en la productividad consecuentes o la reducción en las importaciones de carburante al tener un parque más eficiente, Industria calcula un impacto total de 2.283 millones hasta 2020; y de 9.726 en el total del período.
El Plan prevé la puesta en marcha de algunas medidas de carácter inmediato, como los planes de incentivo Moves y Movea , estímulos al rejuvenecimiento de las plantillas -algo que ya ha comenzado gracias a la extensión del contrato de relevo- y líneas de ayudas parcialmente reembolsables para la financiación de proyectos empresariales de I+D+i.
Igualmente Industria quiere constituir una Mesa de Movilidad Sostenible que reúna a toda la cadena de valor del automóvil y en la que se discutan los asuntos que atañen al sector, eso sí, con el compromiso de que «favorezcan un nuevo modelo de movilidad compatible con el compromiso del Gobierno con la transformación digital y la transición ecológica».
Asimismo el Gobierno se compromete a revisar la fiscalidad del automóvil para orientarla al uso del vehículo y penalizar a los modelos con más emisiones contaminantes. En la actualidad se grava la compra a través del impuesto de matriculación, y el uso a través de el de circulación. Reyes Maroto ha destacado que en otros países estos dos impuestos se han «armonizado a uno solo», algo que su Gobierno propone con el enfoque de crear «una fiscalidad verde, más orientada hacia el uso» del vehículo.
La presentación del Plan se produce tras seis meses de fuertes caídas en las ventas de coches , incluyendo un desplome del 8,8% en febrero. Un descenso que el sector atribuye a la falta de certidumbre por parte de los compradores, lo que les lleva a retrasar las decisiones de compra.
Anfac pide consenso
Anfac, la patronal que representa a los fabricantes de vehículos con presencia en España, ha solicitado en un comunicado que el Plan Estratégico de Automoción se consensúe entre todas las fuerzas políticas.
El sector pide incorporar a otros jugadores del tablero político al texto desgranado por la ministra Reyes Maroto. Anfac urge a que este hipotético Pacto transversal por la Industria de la Automoción se convierta en un plan de choque que palíe « el deterioro visible » del mercado y de las fábricas españolas en los últimos meses. «El sector necesita un revulsivo, un plan de choque que revierta esta situación y aporte confianza a los consumidores, al mercado y a las empresas».
Las fábricas españolas de vehículos registraron en enero un descenso en la producción del 1,4%, tras producir en 2018 un 1% menos de automóviles.
En este sentido, Anfac considera el texto de Maroto, cuya aprobación dependerá del próximo Gobierno, un buen punto de partida, ya que incorpora algunas de sus reclamaciones: planes de achatarramiento, la modificación de la fiscalidad con criterios medioambientales y orientada a gravar el uso, y la inclusión de ayudas al I+D+i y a la producción de vehículos eficientes.
Sin embargo, solicita que este plan se acompañe de un plan estructural de renovación del parque que respete el principio de neutralidad tecnológica, y una declaración institucional al más alto nivel que se muestre inequívocamente en favor de los nuevos vehículos de combustión, « para eliminar la incertidumbre y la confusión que, sin motivo, pesa sobre el mercado español y está lastrando las ventas ».
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