¿Se pierden facultades al volante con la edad?

La tasa de accidentalidad de la tercera edad es 4 veces menor que la de los menores de 25 años y menos de la mitad que la de los conductores entre 35 y 44 años

ABC MOTOR

Si se estudian las estadísticas, los mayores de 65 años no son los conductores que tienen más accidentes de tráfico según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), pero el deterioro de algunas capacidades físicas (visión, audición o psicomotrices) y el consumo de fármacos (el 20% toma alrededor de cinco medicamentos al día) las convierte en un colectivo vulnerable . Normalmente sufren lesiones más graves y tienen más probabilidades de fallecer que los jóvenes en un mismo tipo de accidente.

Así que, ¿son realmente tan peligrosos los mayores de 65 años cuando se ponen al volante o es un prejuicio injustificado del resto de automovilistas? Teniendo en cuenta la pirámide de población española, con un 18% de personas mayores de 65 años y 3,5 millones de conductores por encima de esta edad, la Fundación Línea Directa desprende en uno de sus estudios que los conductores de la tercera edad no son un peligro en las carreteras.

Es más, su tasa de accidentalidad es 4 veces menor que la de los menores de 25 años y menos de la mitad que la de los conductores entre 35 y 44 años. Esto ocurre porque respetan más los límites de velocidad, no son agresivos en la conducción y aceptan mucho mejor sus propias limitaciones (auditivas y visuales, sobre todo), motivo por el que recorren menos kilómetros y evitan conducir por la noche.

Principal deterioro de las condiciones físicas:

-Audición: A las personas mayores de 64 años les cuesta más trabajo reconocer o distinguir los sonidos y saber de dónde vienen.

-Percepción sonora, en particular del tráfico alrededor, se ve mermada con la edad, con el consiguiente riesgo y la pérdida de información relevante de lo que ocurre alrededor.

-Medicamentos: Hay un elevado número de fármacos que afectan negativamente a las capacidades para conducir; el 20 por ciento de las personas mayores de 65 años consume alrededor de 5 medicamentos al día.

-Visión: Al hacernos mayores el campo visual se estrecha. Y aparecen más problemas para detectar objetos y movimientos en los laterales del campo visual, problemas que se agudizan de noche, cuando de paso son más vulnerables a los deslumbramientos.

Evitar accidentes como conductor:

1. Los conductores de avanzada edad suelen tener más problemas en las intersecciones y al incorporarse y salir de las vías de alta velocidad. Cuando los más jóvenes perciban esa situación de agobio en los veteranos deberán darles tiempo suficiente y no presionarles para que tomen la decisión adecuada y segura.

2. A medida que nos hacemos mayores, el campo visual se estrecha y se perciben con más dificultad objetos y movimientos. Es aconsejable estacionar marcha atrás para tener mayor visibilidad al salir.

3. Se recomienda vestir ropa que facilite los movimientos y que no impida el correcto funcionamiento del cinturón de seguridad.

4. Es necesario leer bien los prospectos de los fármacos que se consuman, además de mantener la dosis prescrita por el especialista. Es conveniente consultar al médico sobre los posibles efectos de la medicación en la conducción.

Otras recomendaciones aconsejables y aplicables al resto de conductores son: evitar conducir al amanecer, usar gafas de sol, no abrir las ventanillas al circular, mantener limpios los conductos de ventilación, no automedicarse y no consumir alcohol.

Evitar accidentes como peatón:

Cruzar por lugares inadecuados o sin mirar son algunas de las causas más frecuentes de los atropellos. Los peatones mayores tienen más probabilidades de morir tras un atropello que los jóvenes, por su deterioro físico. Suelen tener más accidentes cuando van solos que cuando van con niños a su cargo, pues intentan darles buen ejemplo y velan para que no les ocurra nada malo. Se recomienda a los conductores mayor celo para con los peatones de más edad, por los problemas que pueden encontrar en las vías públicas, entre otros:

1. Exceso de ruido en el ambiente, no escuchan bien y puede que no se den cuenta de si se acerca un vehículo o no.

2. Apreciación incorrecta de la velocidad de los vehículos.

3. Errores al distinguir los colores de los semáforos.

4. Falta de pasos de peatones y, a veces, bordillos demasiado altos, con obstáculos en las aceras, como coches mal estacionados, bolardos, e incluso mobiliario urbano.

5. Calles mal iluminadas o demasiado anchas para cruzar. Una persona mayor puede necesitar hasta 4 segundos más que otra más joven para atravesar una calle de 16 metros de anchura.

6. Problemas de orientación cuando no conocen bien las calles.

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