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Movilidad intermodal y sostenible: el futuro del transporte en la ciudad

El servicio de Bilbao es todo un ejemplo de integración de las distintas modalidades de transporte público y sus variantes para optimizar el tráfico

Madrid Actualizado: Guardar
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Hace 25 años comenzó a gestarse en Bilbao un cambio radical que tuvo en el Museo Guggenheim su principal icono. Uno de los responsables de la evolución de la ciudad fue el desarrollo de su servicio de transporte público, que ha cambiado por completo la manera de moverse por la ciudad. ¿Cómo? En 2015 el porcentaje de ciudadanos que cogían el coche para ir a trabajar descendió del 27,2% al 25,2%. En cambio, un 43% ya opta por el transporte público.

Dentro del amplio abanico de iniciativas posibles en materia de transporte público, Bilbao se ha involucrado en interesantes proyectos que tocan todos los puntos de la movilidad sostenible. Una de ellas es la movilidad eléctrica.

Así, durante el pasado mes de abril, realizó pruebas en 16 líneas distintas en autobús eléctrico, con una autonomía de 200-250 kilómetros y que con una carga de siete horas se asegura la conducción durante el tiempo que se requiere para cumplir con el servicio, de entre 14 y 16 horas.

Otro de los frentes por los que apuesta Bilbao es la intermodalidad, es decir, el uso combinado de distintos medios de transporte público: autobús, metro, tren y tranvía. Sin embargo, esta intermodalidad va más allá en el conjunto del País Vasco con la idea de habilitar las tarjetas de transporte de los tres territorios hacia un modelo de «billete único». A modo de ejemplo, quien posea una tarjeta de transporte Barik de Vizcaya la podrá utilizar en la red de autobuses de DBus de San Sebastián.

Según Miguel Ruiz, presidente de la Asociación de Empresas Gestoras de Transporte Urbano Colectivo (ATUC): «Bilbao es un ejemplo para otras ciudades españolas en materia de transporte público, pero aún es más importante que los nuevos desarrollos urbanísticos empiecen a incluir la movilidad dentro de su diseño. Así se idea por ejemplo el proyecto de la «isla» en el canal de Deusto donde solo habría tráfico rodado en el borde, dejando la almendra central para zonas peatonales, un tranvía y un carril bici. Esto es liderar la movilidad sostenible».

Además, también se trabaja en combinar el transporte público con otras formas de movilidad como la bicicleta. En este sentido, los autobuses de Bilbao incorporaron recientemente a su flota de forma experimental un autobús con portabicicletas, con el objetivo de fomentar el uso combinado de estos dos medios de transporte.

Y es que para que el ciudadano escoja el transporte público para ir a trabajar, un desplazamiento diario y exigente que requiere eficacia para llegar con puntualidad, es vital el servicio. En este sentido, la velocidad comercial de los autobuses por ciudad es de 12 km/h de media, una cifra que la capital vizcaína supera en un 21% hasta los 14,6 kilómetros por hora, según el balance de 2015 de Bilbobus.

Una mayor velocidad comercial redunda en menor tiempo de viaje y mayor frecuencia de paso, es decir, mejor servicio al usuario. Todo ello propicia que la valoración que hacen los bilbaínos de Bilbobus –operado por la empresa Biodibe formada por ALSA y PESA- sea de notable alto y haya pasado de un 7,47 sobre 10 en 2012 a un 7,73 el año pasado, según el «Observatorio Urbano de Barrios de Bilbao», elaborado por la Universidad de Deusto.

Por su parte, una tercera pata dentro de la movilidad sostenible es la integración de la tecnología en el uso del transporte público. Esta es precisamente la idea de la paradas inteligentes, aquellas que proporcionan información sobre tiempos de espera en el momento, y que en Bilbao son ya 133 sobre el total de 516 que hay en la ciudad, es decir, una de cada cuatro. Este porcentaje es superior a la media nacional que es de un 10%, según el Observatorio de Costes y Financiación del Transporte Urbano.

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