Jugando con las curvas de Cuenca: nos vamos de ruta en el Honda Civic Type R

Un paseo hasta la ciudad de las Casas Colgadas demuestra la noble estabilidad y precisión de los movimientos sobre el volante de este deportivo, un coche de competición creado para dominar la carretera

Puede parecer que el coche y la ruta no compaginan demasiado, pero el resultado ha sido brillante N. SOAGE
Noelia Soage

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Pura deportividad, carácter, agresividad y potencia sin límites. Todos parecen sinónimos, pero cuando se trata de definir el último modelo del fabricante japonés, el Honda Civic Type R , todavía se queda uno corto. Este modelo de 320 CV ofrece la experiencia de pilotaje más excitante del mercado de los tracción delantera.

Su corazón es un impresionante motor Vtec Turbo de 2,0 litros capaz de arrancar toda tu adrenalina cuando se le escucha rugir -sin ninguna molestia- por su triple escaple, al igual que por su rápida respuesta y sin vacilar gracias a su cambio manual de seis velocidades. Es un coche que no pasa desapercibido allá por donde pasa. Casi nadie es capaz de evitar echar la vista atrás o incluso aminorar la marcha para fascinarse con su enorme alerón, que forma parte de su encanto natural.

Y lo mismo sucede con Cuenca . Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, este municipio mezcla edificios históricos en las callejuelas del casco antiguo, así como otros imponentes como el ayuntamiento o la catedral de Nuestra Señora de Gracia, con símbolos de la modernidad. Aunque especial relevancia tienen las Casas Colgadas , el, quizás, mayor atractivo de esta ciudad , al igual que el puente de San Pablo.

Estabilidad y precisión

Puede parecer que el coche y la ruta no compaginan demasiado, pero el resultado ha sido brillante. Para poner a prueba este deportivo, dejamos atrás la agobiante ciudad, incómoda para esta «bestia» , y comenzamos nuestra ruta en un tramo de autopista de 168 kilómetros que unen Madrid con Cuenca por la A-3 y enlazando con la A-40 en Tarancón. El Type R aporta tal confianza que solo debes confiar en él, aunque hay que tener especial cuidado con el pie ya que su capacidad de aceleración es hipnótica .

El compacto deportivo japonés, además, ha sido testado durante casi once kilómetros de curiosos pasadizos y deslizantes curvas desde las Casas Colgadas hasta el Mirador del Cerro del Socorro. Un recorrido de altura y exactitud que ha demostrado la noble estabilidad y precisión de los movimientos sobre el volante de este modelo, todo un coche de competición creado para la carretera. De hecho, cada vez hay menos coches que transmiten tantan sensaciones y emociones en un trayecto tan corto.

Este modelo lleva la preselección «Sport» en su modo de conducción, pero es la configuración «Confort» la que ayuda en el día a día e incluso en viajes largos. Aunque para trazadas como esta última, como si de un tramo de rally se tratara, al pulsar el mando R+ el control de mando se ilumina de rojo y el motor y la suspensión se modifican, un cambio ideal para solventar las irregularidades del asfalto con ligereza.

Asimismo, en un modelo como este, el interior también debe estar a la altura. El habitáculo resulta cómodo y espacioso tanto para el conductor -sus «semibakets» te ofrecen el máximo soporte para una perfecta conducción deportiva - como para el resto de acompañantes. Desde luego, es un coche ideal para los que todavía aman la sensación de conducir, aunque debes saber que cuando dejas de conducir el Type R, solo puedes pensar en tener uno.

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