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Coches deportivosMicroesferas, la tecnología que aquilata el peso en los súper deportivos

Esta sofisticada tecnología, con más de medio siglo de trayectoria, se aplica en modelos como el Chevrolet Corvette para aligerar la tara de forma apreciable

Madrid Actualizado: Guardar
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La firma 3M ha ideado una tecnología de microesferas de vidrio, un versátil material para diversas aplicaciones que logra aligerar el peso allí donde se incorpora.

Por ejemplo, en el mítico súper deportivo Chevrolet Corvette —sobre estas líneas—. Junto a Continental Structural Plastics Inc. (CSP) ha desarrollado un compuesto termoestable que incorpora las citadas microesferas como aditivo.

Sobre éstas, su baja densidad y alta estabilidad actúa además como aislante. Y presentan una alta resistencia a productos químicos, no se disuelven en agua o aceite y aguantan altas temperaturas o fuertes presiones. A bordo del nuevo Corvette 2016 permiten determinar una tara de 1,2 toneladas —en línea con un modelo compacto, tipo SEAT León—, por las 1,6 toneladas que arrojaba su antecesor.

En total, las microesferas 3M han sido empleadas en 21 piezas de la carrocería del Corvette 2016, incluyendo puertas, paneles laterales, guardabarros… Además, acortan y abaratan el proceso de fabricación:

Por ejemplo, para una producción de menos de 150.000 vehículos, el compuesto que incorpora las microesferas 3M puede reducir los costes de fabricación entre un 50 y un 70% comparado con el uso de acero o aluminio.

Más sostenible

En la parcela medioambiental, la reducción del peso en los vehículos supone menor consumo de combustible y de emisiones. Su fabricación, más sencilla, permite mayor ahorro energético y, de nuevo, menor número de emisiones.

3M inventó las microesferas de vidrio hace más de 50 años y, desde entonces, ha encontrado diferentes usos para todo tipo de materiales y sectores.

De hecho, esta tecnología se emplea en la industria petrolífera, donde la perforación submarina de petróleo implica grandes presiones y temperaturas de frío extremo. Ahí, las microesferas evitan que las valiosas maquinarias utilizadas se colapsen bajo su propio peso, mientras contribuyen al aislamiento de las tuberías submarinas, permitiendo que el petróleo se mantenga templado y en movimiento. Otras aplicación es la industria aeronáutica —en la fabricación de la cabina de un avión, para que sea más ligero, consuma menos y reduzca su impacto medioambiental—. Y dada su baja conductividad térmica, sirven como aditivos para la elaboración de pinturas interiores que reducen la condensación en ambientes húmedos. En materia estética permiten controlar el brillo de materiales laminados.

Por cierto, los plásticos que contienen microesferas son reciclables hasta en cinco ocasiones, sin que sus livianas virtudes sufran alteraciones significativas.

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