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Así afecta el frío y la nieve a los coches y la conducción

Hay que seguir una serie de recomendaciones antes de arrancar el vehículo cuando las temperaturas bajan de los cero grados

MADRID Actualizado: Guardar
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El frío y la nieve han llegado a España. Carreteras cortadas, recomendación de llevar y saber cómo instalar las cadenas, limitar la velocidad y evitar relizar movimientos bruscos para evitar derrapar cuando hay hielo en la carretera son los consejos más habituales para lograr que la conducción sea lo más segura posible.

Pero además el propio coche, sobre todo si «duerme» en la calle, notará las consecuencias del descenso térmico. Un vehículo aparcado en la calle tendrá la misma temperaturaque se registre en el exterior dentro de su habitáculo. De ahí que cuando se acceda a él se encuentre tan frío estos días, lo que obliga a conectar la calefacción al máximo. También será necesario activar la resistencia eléctrica de la luneta posterior y, si la lleva, del parabrisas, para desempañar esas lunas.

Todo esto incrementa el consumo de combustible. Conviene ser previsor, ya que es posible que la cerradura esté congelada, y que la luna delantera esté cubierta de hielo. Uno de los mejores consejos para eliminar esta capa de agua congelada es utilizar, mediante una botella con pulverizador, una disolución de tres partes de alcohol con una de agua. Tras rociar las partes congeladas resultará más fácil retirar el hielo.

Neumáticos y piezas de goma, como sellos, burletes y molduras, pero también las correas y los manguitos del motor, o las de los limpiaparabrisas pierden elasticidad por debajo de 10ºC.

El frío también toca de lleno a la presión de los neumáticos, que desciende conforme lo hace la temperatura exterior: unos 0,07 bares (1 psi) por cada 5ºC de bajada.

También hay que tener claro que el contenido del depósito limpiaparabrisas congela a 0ºC si es agua o a desde -5ºC si se trata de líquido específico, mezclado o no con agua.

El aceite de motor tipo 20W-xx se vuelve más viscoso a partir de -10ºC/-15ºC, perdiendo propiedades lubricantes. No así los clasificados como 10W o menos, que mantienen la viscosidad inalterada hasta -40ºC (el 0W-xx).

Además de los consejos habituales, como llenar el depósito de combustible, evitar viajar en medio de un temporal a menos que sea imprescindible, revisar el vehículo y los niveles de líquidos, hay factores más desconocidos que pueden provocar una interrupción inesperada del viaje. Por ejemplo, conviene saber que el diésel se puede llegar a congelar si la temperatura desciende de los 10 grados bajo cero. Para evitar esta congelación se pueden añadir aditivos al combustible.

El diésel está formado por varios elementos, entre ellos la parafina, un compuesto que aumenta el poder calorífico del combustible pero que en condiciones de temperaturas superbajas se puede llegar a solidificar formando pequeños cristales de parafina. La consecuencia de la solidificación de la parafina es un aumento de la densidad del combustible que termina bloqueando el filtro del combustible y provocando la parada del motor.

Un aspecto a tener en cuenta es la batería, que cede capacidad para suministrar corriente alrededor de 0ºC. Es más, con el termómetro marcando -10ºC pierde la mitad de su potencia y dificulta el arranque. Si el circuito de refrigeración contiene agua o mucha proporción de ésta comenzará a congelar desde 0ºC, pero se mantendrá líquido hasta -35ºC/-40ºC si, como mucho, el refrigerante contiene la mitad de agua.

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