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El Cabo Prior fue uno de los destinos de nuestra ruta a bordo del Renault Talisman - F. Sanz
BMW

Viajamos con un Talisman hasta el fin del mundo

Finisterre ha sido el destino final de la prueba de más de 3.000 km a bordo del modelo de Renault Sport Tourer más familiar de toda su gama

MADRID Actualizado: Guardar
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El Talisman se ha convertido en una de las revelaciones de la nueva gama Renault, con unas ventas que duplican ya las de su predecesor, el no menos exitoso Laguna. Y no es para menos, porque durante la prueba de larga duración que hemos realizado con su variante familiar Sport Tourer, más de 3.000 km, hemos podido comprobar sus bondades mecánicas, pero sobre todo de comodidad y habitabilidad de cara a los pasajeros y el conductor. El motor de gasolina era un TCe de 200 CV con cambio pilotado EDC de siete velocidades.

El SportsTourer es un coche grande, más de 4,86 metros, lo que nos deja un gran volumen de carga que 492 a 1.681 litros.

En su gran compartimento caben todas las maletas de la familia, que viaja cómodamente sin estrecheces.

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Pero estas grandes dimensiones no hacen que el coche pierda manejabilidad o que tengamos problemas para efectuar maniobras, gracias sobre todo al sistema de cuatro ruedas directrices 4Control. Un sistema que nos permite además rodar con gran agilidad en todo tipo de terrenos, a los que el coche se adapta a la perfección gracias a su amortiguación pilotada.

El sistema 4Control está permanentemente activo. Por debajo del umbral de 50 km/h en modo confort (60 km/h en modo neutro y 80 km/h en modo sport), las ruedas traseras giran en la dirección opuesta a las ruedas delanteras, con una amplitud máxima de 3,5 grados. En términos de sensaciones, es como si Talisman Sport Tourer acortara su batalla en beneficio de la máxima agilidad. Por encima de este umbral, las ruedas traseras giran en el mismo sentido que las ruedas delanteras.

El efecto es entonces comparable al que proporcionaría un alargamiento de la batalla, en beneficio del placer de conducción, de la estabilidad y de la sensación de seguridad. Mientras que el sistema 4CONTROL actúa directamente en la dimensión transversal del comportamiento del vehículo, la amortiguación pilotada juega con la dimensión vertical. Influye en la percepción y en la noción de «respuesta», firme o blanda. El dispositivo de amortiguación pilotada adapta en todo momento la reacción de los amortiguadores al estado de la carretera, a las condiciones dinámicas así como a las acciones del conductor, analiza de forma continua las condiciones de circulación y ajusta su respuesta hasta cien veces por segundo.

Para el conductor, disponemos de unos asientos delanteros con una prestaciones muy completas, que incluyen masaje, calefacción y refrigeración.

La consola está presidida por el más reciente sistema multimedia de la marca, una tableta conectada con el sistema R-LINK 2 con pantalla táctil de 8,7 pulgadas, sonido Surround BOSE, Head-Up display en color, contador con visualización digital de 7 pulgadas. En esta tableta tenemos control del sistema de audio, multimedia, teléfono, navegador, así como a la completa serie de ayudas a la conducción.

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El acceso al maletero es muy bueno gracias a la altura del umbral de carga de 571 mm y a la amplia apertura de 1 075 mm. El portón cuenta con sistema de apertura manos libres que se activa con un movimiento del pie debajo del paragolpes. A esto hay que sumar el cierre motorizado. La banqueta trasera adopta la funcionalidad 1/3 / 2/3 y la modularidad Easy Break permite abatir los asientos desde el propio maletero mediante dos palancas.

El Renault Talisman Sport Tourer acoge la amplia oferta de motorizaciones de gasolina y diésel asociable a las cajas auto de doble embrague. El rango de potencias se inicia con el diésel dCi de 110 CV, y tiene su tope en el gasolina de 200 CV de nuestra prueba. Este motor se asocia exclusivamente al cambio de marchas automático EDC de 7 relaciones. Pese al tamaño y al peso del vehículo logra pasar de 0 a 100 km/h en tan solo 7,9 segundos. El consumo y las emisiones de CO2 asciende respectivamente a 5,8 l/100 km y 132 g/km (cifras homologadas).

En la práctica, y tras recorrer autopistas, carreteras secundarias y puertos de montaña, nuestra media no superó los 6,1 litros a los 100 km. La posibilidad de elegir entre tres tipos de conducción (econ comfort y eco) además de una cuarta personalizable, nos garantiza que en todo momento vamos a obtener una buena respuesta cuando pisamos el pedal de aceleración. A ello ayuda también el cambio automático EDC, en el que se deja notar el buen trabajo realizado por el equipo de ingenieros de Renault. Y todo ello con el silencio en el funcionamiento, al tratarse de un coche de gasolina, lo que se traduce en que, en los más de 3.000 km que realizamos entre Madrid y el Cabo Prior en Ferrol, pasando por El Barco de Ávila y el valle del Jerte hasta llegar a la abrupta costa de Finisterre, en ningún caso hubiésemos echado de menos los consumos de un diésel. Con él se puede asegurar que hemos llegado hasta el «fin del mundo».

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