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Tucson CRDi 115 CV, cuestión de equilibrio

La versión diésel más accesible del todocamino medio de Hyundai responde bien a los requisitos de una familia. Es confortable, eficiente, arroja sufciente repris y, con descuentos, parte de unos sugerentes 21.600 euros

Madrid Actualizado: Guardar
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Con una longitud de 4,47 metros (por 1,85 de anchura y 1,64 metros de altura), el Hyundai Tucson es uno de los SUV compactos más exitosos y modernos, y también el modelo que la marca surcoreana ha logrado vender más rápidamente. Un coche que ha calado y mucho entre el público español (9.290 unidades vendidas en nuestro país de enero a junio), porque concentra virtudes propias de su rango generalista con tecnologías y soluciones de vehículos más exclusivos. Por cierto, es el vigente "Coche del Año en España 2016 ABC".

Rival, entre otros, de los Ford Kuga, Honda CR-V, Nissan Qashqai, Mazda CX-5, Renault Kadjar, Seat Ateca y Volkswagen Tiguan, además de su "cercano familiar" Kia Sportage

, pasa ahora por nuestras manos en versión diésel CRDi de 115 CV, con la que hemos completado aproximadadmente 2.000 km. Su precio se mueve en un término medio dentro de la competencia.

Te vamos a explicar en pocas líneas por qué nos ha gustado tanto y por qué pensamos que es una de las variantes que mejor se adapta a las necesidades de una familia media.

En primer lugar, el Tucson con esta mecánica se mueve con desparpajo y suficiente agilidad (pesa 1.500 kg, da 176 km/h y un correcto 0 a 100 km/h de 13,7 segundos), siempre que no le exijas prestaciones contundentes, sobre todo viajando cargado o yendo por rutas y orografías complejas (adelantamientos continuos, carreteras de montaña...)

Quizá el diésel de 136 CV, 2.200 euros más caro, sea globalmente más satisfactorio si viajas con regularidad: su repris es más contundente y el gasto (oficial de 4,8 l/100 km, por los 4,6 l/100 km que exige éste de 115 CV), parejo. Hay un Tucson diésel de 184 CV, más sediento (6,5 l/100 km según la marca) y de prestaciones no mucho mejores, al asociar cambio automático y tracción total.

No, lo del Tucson 1.7 CRDi de 4 cilindros y 115 CV (además de 280 Nm de par máximo por fuerza mecánica) va por otra vía: un consumo real más que aceptable de 6,7 l/100 km, cambio manual de 6 marchas de buenos tacto y guiado, y tracción delantera, para pisar sobre pistas que no revistan mayor dificultad. En resumen, ideal si primas la eficiencia, el precio de compra ( alrededor de 22.000 euros puesto en la calle, cuando aplicas los descuentos vigentes) y conduces por carretera con la familia a cuestas un par de veces al año, sobre todo a ritmo moderado.

Por otra parte, Tucson hay con 4 acabados: Essence, Klass, Tecno (a nuestro juicio, el más interesante) y Style (desde 136 CV), todos con llantas de aleación de, al menos, 16 pulgadas, audio con Bluetooth, aire acondicionado, sensores traseros de aparcamiento, programador de velocidad y encendido automático de luces.

Entre lo más señalado, el Klass añade llantas de 17 pulgadas, climatizador automático de doble zona y antinieblas; el Tecno navegación con pantalla táctil de 8 pulgadas (con suscripción de 7 años a servicios TomTom Live), sensores de aparcamiento delanteros, cámara de visión trasera para aparcar con más facilidad y seguridad, asientos con calefacción (incluso en las plazas laterales traseras), llave/arranque manos libres y retrovisor electrocromático; y el tope de gama Style, llantas de 19 pulgadas, tapizado de cuero, asientos delanteros eléctricos, apertura eléctrica del portón, techo panorámico de cristal ahumado y asistente de ayuda al aparcamiento.

A su vez, elementos de seguridad como el detector de vehículos en el ángulo muerto se suman en el Style, mientras que la alerta por cambio involuntario de carril viene en los Tecno y Style, la de tráfico cruzado posterior desde el Tecno, el reconocimiento de señales en los Tecno y Style, el freno automático de emergencia ante riesgo inminente de colisión (mucho más interesante de lo que a priori pueda parecer, porque despites en conducción hay a pares) en el Tecno, los faros LED en la función de cruce (que no en la de largas o carretera) a partir de ese mismo nivel, los pilotos LED diurnos para todos ellos... Por cierto, el freno de mano solo es por botón en los topes de gama, relegando la clásica palanca al resto.

Habitable y bien aislado

El coche es amplio, hasta para acomodar a 2 adultos de buena talla en las plazas traseras llevando las butacas delanteras bien retrasadas. Los respaldos posteriores son graduables en inclinacion, como refleja la galería de imágenes a la que puedes acceder pinchando aquí, y el maletero, aunque con un plano de carga algo elevado, muy capaz, con 513 litros básicos.

También es acertada la posición de conducción, gracias a los amplios reglajes de asiento (de buenos mullido y apoyo) y volante, pero también a la notable visibilidad hacia culquier ángulo o a la buena disposición de los principales mandos y pulsadores. Ofrece bastantes huecos para vaciar bolsillos y dejar objetos cotidianos (esos que en otros modelos no sabrás dónde guardar y que terminarán dando vueltas por todas partes) y convence por calidad, tanto de materiales al alcance de la mano y la vista como por los precisos ajustes de todo ello.

De igual modo, gratifica por aislamiento y confort general (aunque el motor se deja sentir, sobre todo acelerando y cuando está frío), aplomo y capacidad para filtrar baches y rotos del firme. En esto muy bien.

Por último, sus reacciones son suaves y progresivas, con una dirección bastante asistida pero correcta, y una dosificación de la frenada adecuada. Puede que no sea el más ágil de su tipo, virtud en la que sobresale el CX-5, pero al cabo de los km, bien acomodado, terminarás sintiendo que vas más en un turismo que a los mandos de un todocamino. Y es que el coche entra y cierra bien en curvas, y vira bastante plano, sin "bambolear" inconodando al pasaje cuando avives el ritmo.

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