MERCEDES BENZ

AMG GT R: lo más radical, potente y veloz de Mercedes

El modelo «Nacido en el infierno verde» propone domar sus 585 caballos, con un diseño que, por su extrema deportividad, no pasa desapercibido

Vídeo: probamos el AMG GT R, el superdeportivo de Mercedes
Patxi Fernández

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AMG es sinónimo de prestaciones excepcionales a la altura del deporte de competición. Y prueba de ello es el Mercedes-AMG GT R de nuestra prueba. Un coche que, detrás de su llamativa apariencia, con unas líneas muy deportiva y un poco discreto color verde, esconde bajo su capó un bloque de gasolina V8 y dos turbocompresores, capaz de generar una potencia máxima de 585 CV. Gracias a él, el GT R es capaz de acelerar, de 0 a 100 km/h, en solo 3,6 segundos y de alcanzar una velocidad punta de 318 km/h .

Sobre el papel son cifras que ponen la carne de gallina, y si bien es cierto que se trata de un coche al que «hay que conducir», sobre todo teniendo en cuenta que cada vez más nos estamos acostumbrando a los asistentes de conducción que ponen cada vez más fáciles las cosas cuando nos ponemos al volante, hay que reconocer que con el AMG GT R también es posible circular de manera civilizada , aunque ese no sea precisamente su objetivo.

Consideraciones mecánicas aparte, lo primero que hay que comentar es precisamente la facilidad con la que podemos acceder al coche, sin necesidad de adoptar posturas extrañas ni tener una agilidad especial. El acomodo detrás del volante es fácil, aunque como ante cualquier deportivo «serio» lo que vemos delante del parabrisas es un gran capó. Además de tener en cuenta los caballos que estamos manejando, no nos olvidemos de la altura al suelo, por lo que si atravesamos una zona de bordillos o badenes hay que tener cuidado para no «dar un toque» con el asfalto.

Los principales rasgos distintivos del diseño exterior son el capó largo con acusados resaltes, el faldón delantero ancho, el habitáculo muy desplazado hacia atrás, las ruedas de gran formato y la zaga de gran anchura.

Ya en el interior destaca un puesto de conducción con la AMG DRIVE UNIT en la consola central. Este elemento, aloja los principales mandos específicos de AMG con un diseño que recuerda a los cilindros de un motor V8. A partir del modelo básico se incluyen de serie asientos deportivos AMG y un volante AMG Performance de napa.

Diseñado para circular en el llamado «Infierno Verde» , es decir, las curvas y trazado del circuito de Nürburgring, es un vehículo de serie, pero equipa más tecnología de competición que ningún otro modelo de Mercedes-AMG . Desde la fibra de carbono ultraligera, en el exterior, hasta la cadena cinemática de alto rendimiento.

Nunca antes ha habido tanta tecnología de la competición en un Mercedes-AMG de producción como en AMG GT R. El motor central delantero con concepto transaxle, el potente V8 biturbo de 4.0 litros , el elaborado diseño del chasis, la sofisticada aerodinámica activa y la inteligente construcción ligera son los fundamentos de su excepcional dinamismo.

Disponemos de tres programas de conducción preconfigurados «C», «S» y «S+» y el modo «I» programable individualmente. Esto nos permite una variedad a la hora de elegir el modo de conducción. Según el modo elegido se modifican parámetros como la respuesta del acelerador, el cambio y el tren de rodaje. El programa adicional «RACE» ofrece prestaciones propias de un bólido de competición.

Además cuenta con dirección posterior, con capacidad para girar en curva hasta 1,5 grados : por debajo de 100 km/h lo hacen en sentido contrario al de las delanteras y superada esa velocidad en el mismo, lo que permite trazadas mucho más rápidas y precisas.

Debido a su motor en posición delantera frontal y al cambio de doble embrague y 7 marchas, el AMG GT logra una distribución de peso ideal, con un 47% en el eje delantero y un 53% en el eje trasero. Sumado a su bajo centro de gravedad, esto garantiza una agilidad extrema y una velocidad elevada en curvas .

Fibra de carbono, aluminio, magnesio y acero.

Estos son los elementos de la carrocería del Mercedes-AMG GT. La estructura completa de la carrocería está concebida como construcción ligera inteligente de aluminio. El objetivo ha sido garantizar el mayor dinamismo transversal y longitudinal posible y la máxima precisión direccional con una carrocería muy ligera y al mismo tiempo extremadamente rígida. Con un peso de sólo 231 kg, el llamado «Spaceframe» o estructura de aluminio satisface estas expectativas, asegurando además el nivel de seguridad propio de Mercedes-Benz. La carrocería de aluminio y el empleo de piezas de fibra de carbono y de material compuesto contribuyen igualmente a reducir el peso.

El «Spaceframe» está ejecutado en su mayor parte de aluminio y pesa solo 231 kg. Una innovadora arquitectura que resulta tan ligera como robusta y extremadamente rígida. Este es el requisito previo para garantizar el mayor dinamismo transversal y longitudinal posible y la máxima precisión direccional. El módulo frontal de magnesio, sumamente ligero , reduce la inercia de masas por delante del eje delantero, optimizando así la agilidad del deportivo.

El portón trasero del coupé se ejecuta en acero, un material que —si se elige una relación adecuada entre el espesor de pared y la sección del componente— hace posible reducir el peso en comparación con una pieza equiparable de aluminio.

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