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Cómo afrontar las rotondas en moto sin riesgos extras

No sólo son conflictivas para los coches. Las motos tienen, además, riesgos específicos

Madrid Actualizado: Guardar
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Las rotondas, tan de moda últimamente, están soportando gran cantidad de accidentes. En muchos casos debido a la alta densidad de tráfico que soportan y, en otros, por el desconocimiento que tenemos de cómo se deben afrontar de forma segura. Pero además, si circulamos por ellas en moto, debemos tener en cuenta algunos factores de riesgo de los que no siempre somos conscientes.

Por ello lo más importante es, en primer lugar, tener muy claro qué es una rotonda y cuáles son las nociones básicas en cuanto a su particular circulación. En principio bastaría con imaginar una rotonda como una carretera infinita, para aplicar el sentido común y circular como en cualquier otra vía de dos carriles, según aclara el blog Circulaseguro.

¿Qué es una rotonda o glorieta?

Una glorieta o rotonda es un tipo especial de intersección caracterizado por que los tramos que en él confluyen se comunican a través de un anillo en el que se establece la circulación rotatoria alrededor de una isla central. No son glorietas propiamente dichas las que conocidas como glorietas partidas, en la que dos tramos, generalmente opuestos, se conectan directamente a través de la isleta central, por lo que el tráfico pasa de uno a otro y no lo rodea.

Si pensamos en una rotonda como en una carretera de dos carriles y en éstas no realizamos un cambio de uno a otro si tenemos un vehículo paralelo. En una rotonda, ocurre lo mismo y no nos podemos cambiar de carril entorpeciendo a otro vehículo.

Pero, ¿qué riesgos específicos tiene circular sobre una rotonda en moto?

Como suele ocurrir en cualquier tipo de vía uando circulamos en una rotonda, muchas veces los conductores no respetan el ceda el paso al ver que la motocicleta ocupa menos espacio en el carril. Por tanto debemos siempre aproximarnos a la incorporación de carriles en máxima alerta y pensando que al estar inclinados, si frenamos debemos tener cuidado de que las ruedas no nos deslicen y nos pueda provocar una caída.

Muchas rotondas no presentan iluminación por lo que es más complicado ver otros vehículos si estos circulan de forma perpendicular a nosotros y, por lo tanto, no se aprecian sus focos nítidamente.

El carril exterior suele ser el que presenta mayor suciedad. Lo mejor es circular cerca de la divisoria de los dos carriles. Además, su construcción implica que esté contraperaltada con lo que el riesgo de patinaje de una de las ruedas es mayor que en una curva normal con el peralte a favor.

Si la rotonda está en las proximidades de una gasolinera, suele haber derrames en ella de gasolina o gasoil en muchos casos procedentes de depósitos cargados en exceso. El olor y manchas brillantes en el asfalto deben ponernos en alerta antes pérdidas repentinas de adherencia. De igual forma el asfalto pulido, las marcas viales, el riego de la parte central, el sellado de grietas o alcantarillas son trampas que también debemos tener en cuenta.

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