El tuning obliga a todo un proceso de homologación no siempre viable.
El tuning obliga a todo un proceso de homologación no siempre viable.

¿Qué puedo modificar de mi coche y qué no?

Sin llegar al extremo del tuning, muchos se plantean mejorar el aspecto o las prestaciones de su vehículo. Sin embargo, y en la práctica, el margen que autoriza la ley para llevar a la práctica estas reformas es pequeño si queremos pasar la ITV sin pegas.

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Hay quien piensa en ganar prestaciones a su coche o modificar su exterior para hacerlo más atractivo a sus ojos. De ahí que el mercado de accesorios se afane en ofrecer toda clase de opciones y alternativas, aunque no todo es válido o legal.

En conjunto, podemos pensar en cambiar el color de la carrocería, añadir una antena de radio distinta, un terminal de escape (solo la pieza que lo remata) nuevo, pastillas de freno más blandas y eficaces (aunque menos duraderas), modificaciones internas como sistemas de sonido, tapizados... y poco más. También es posible sustituir las llantas siempre que la tarjeta de inspección técnica del coche (ITV) homologue varias medidas de neumático. Entonces se puede pensar en ruedas de mayores diámetro y anchura, e incluso en cubiertas de perfil más bajo.

La carrocería es más compleja de 'tocar' porque implica modificar dimensiones. Un ejemplo claro son las molduras adhesivas para proteger los flancos de los paragolpes: aunque sobresalgan por poco, en la ITV se consideran reforma importante y no se admiten sin la correspondiente homologación. Incluso un enganche o bola de remolque obliga, una vez anclado al vehículo, a pasar la inspección técnica con la documentación que nos facilite el instalador.

Sobre el tintado de lunas, requiere una documentación que debe acompañar siempre a la ficha técnica: el certificado de homologación expedido por el fabricante de las láminas cumplimentado por el taller instalador. No se pueden tintar ni las de las puertas delanteras ni el parabrisas, y es indispensable que todos los cristales tratados estén sellados mediante marcas con pistolas de arena, pegatinas o leyendas en la propia lámina. Si no se cumplen estas especificaciones la ITV no será favorable y podría acarrear multa.

Más firme o más suave

Por lo que toca al chasis, vuelve a ser un apartado complicado. En principio, se puede optar a unos amortiguadores más firmes o más suaves que los de origen, siempre que estén homologados para nuestro modelo. Aún así, una vez instalados habrá que llevar encima el certificado de montaje y el de diagnosis para pasar la ITV. Hay que tener claro que apenas si variarán la altura del automóvil o su dureza. Si se persigue alterarlas habrá que acudir a un ingeniero que estudie la viabilidad de la reforma, y en caso favorable abonar su informe (no menos de 200 euros, piezas al margen) antes de pasar la ITV.

Por lo que toca al motor, algunos fabricantes ofrecen kits de admisión que ganan algún caballo. A cambio, para contar con una línea de escape completa, que también mejoran la potencia, es necesario un proyecto técnico, nuevamente elaborado por un ingeniero. No son homologables los filtros de alto flujo directamente instalados o los chips de potencia, que siempre variarán los valores de consumo y, en consecuencia, de emisiones.

Y por lo que toca a los faros, los de LED no son legales si no vienen con el coche de origen (obligan, entre otros, a un sistema de autonivelación y de limpieza); montarlos puede suponer multa de 200 euros. Es cierto que, conforme pasan los años, el alumbrado se vuelve más deficiente. En ese caso, merece la pena reponer las bombillas por otras nuevas. Además, marcas como Phillips ofrecen lámparas de potencia superior homologadas y comercializadas a través de distribuidores específicos que facilitan la documentación necesaria para la ITV.

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