Joan Manuel Serrat, ayer, durante su concierto dentro de la gira «Antología desordenada»
Joan Manuel Serrat, ayer, durante su concierto dentro de la gira «Antología desordenada» - efe

Serrat, 50 años en el caldero

El barcelonés del Poble Sec repasó su antología desordenada en la primera de sus dos veladas madrileñas

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2015 es un año redondo para Joan Manuel Serrat porque «hace 50 años que pisé por primera vez un escenario», confesó ante la audiencia que abarrotó el Barclaycard Center de Madrid, en el primero de sus dos llenos. Un concierto que fue fiel reflejo del eficiente y emotivo cancionero del cantautor del Poble Sec barcelonés.

La pista estaba presidida por hileras de asientos, en un concierto de cercanía, donde primaban los detalles musicales, entre la intimidad y la confesión. La sobriedad de un escenario con poca prestancia visual: esas cortinas tan retro, al fondo y a lo alto con el garabato de la firma de Serrat y una especie de galimatías de líneas haciendo el guiño a lo revuelto de su «Antología Desordenada», el repaso a su carrera en 50 canciones que publicó en 2014 con 31 colaboraciones especiales.

Anoche en Madrid invitó al escenario a cantar con la juventud de Dani Martín, con quién cantó «Señora»; a Pasión Vega, espléndida en «Es caprichoso el azar» y al argentino Abel Pintos (de paso por Madrid) en «Lucía». Y también le acompañaron sus queridos amigos Ana Belén y Joaquín Sabina («Cuenta conmigo»).

Repertorio grandioso

Arrancó con la grandeza de «El carrusel del Furo» como si se tratara de una música de Falla traída a la música popular, y esa mirada vital de «De vez en cuando la vida» o la nostalgia de «Mi niñez». Y ese Serrat comprometido con la humanidad que dedicó «Niño salvaje» a los niños que sufren en este mundo y la complicidad de «Hoy por ti, mañana por mí» o el canto al hijo.

Esa maravilla de «Canço de Bressol» (dedicada a su madre y basada en un tema popular aragonés) o «M’en vaig a peu», ésta última «una de las canciones que más quiero», «Fa vint anys que tinc vint anys» o sus «Paraules d’amor» vibrante junto a Ana Belén. Siempre arrebata esa mirada y homenaje a su «Mediterráneo».

Ambiente íntimo

Quizás faltó más volumen, aunque la ocasión buscaba la intimidad, poner el acento en esas letras que nos habla de vida, de evoluciones, entre el desamor y el desaliento y la fortaleza necesaria para las durezas de la vida cotidiana… Y Serrat certero cantando ese «Golpe a golpe / Verso a verso» de sus «Cantares».

Un Serrat que conmueve, y que se le siente aún más pletórico y en su salsa cuando canta en catalán, su lengua materna, será el arraigo de los genes y de las raíces. Avivando el poder universal de la música, ojalá sólo eso sirviera para unir más puentes entre pueblos. Aquel sí que sería un gran día.

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