Carmena quiere un «plan» urgente de limpieza, pero está atada de manos

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y la delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, se reunieron ayer con las empresas adjudicatarias del contrato integral de gestión del servicio de limpieza y conservación de los espacios públicos y zonas verdes de Madrid. El Consistorio quiere responder ante el «nivel de alarma y malestar en distritos y barrios» generalizado por el estado de la ciudad y por ello pretende emprender un «plan de choque urgente». Pero está atado de manos. No habrá más presupuesto ni más personal. Por ahora.

El Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) que en noviembre de 2013 evitó el despido de 1.134 trabajadores ha ido reduciendo la plantilla desde entonces en más de 2.000 trabajadores.

El efecto se ha notado en las calles. El ERTE, dijo Sabanés, «es la llave que permite o no actuaciones excepcionales».

El Ayuntamiento plantea revisar a través de grupos de trabajo, y contrato a contrato, los indicadores, el personal, incluso las multas a las contratas por incumplimientos del pliego –20 millones de euros– y que pueda revertir en la mejora del servicio. A Cibeles llegan 300.000 reclamaciones para intervenir en distintas zonas; un 60% está relacionado con exceso de suciedad.

Sabanés informó de que tanto las contratas –Cespa, Valoriza Servicios Ambientales y las UTEs OHL-ASCAN y FCC Medioambiente-Alfonso Benítez– como la administración local compartieron el mismo diagnóstico:Madrid está sucio. Desde la próxima semana, Medio Ambiente trabajará para cumplir su objetivo: limpiar la ciudad en seis meses. Desarrollará también una encuesta de valoración ciudadana que repetirá en Navidades «para trabajar de forma continua y marcar elementos de mejora visible», señaló la delegada del ramo. «Hay un clamor de urgencia y hay que analizar el estado calamitoso de la ciudad para desbloquear y resolver la situación», añadió.