Un helicóptero descarga agua sobre uno de los focos del incendio ante la mirada de varios voluntarios
Un helicóptero descarga agua sobre uno de los focos del incendio ante la mirada de varios voluntarios - fabián simón
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La amarga vuelta a casa de los desalojados por el incendio de las Cinco Villas

Lágrimas tras días de tensión, incertidumbre por sus pueblos y, ahora, por el desolador paisaje que ha dejado el fuego

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De los 1.500 evacuados de sus pueblos el pasado fin de semana por el incendio que azota a las zaragozanas Cinco Villas, en la Sierra de Luna, los últimos que quedaban por regresar a sus localidades eran los 240 que fueron desalojados de Asín y Orés. En la tarde de este lunes fueron regresando y la noche la han encarado ya en sus casas.

La tensión vivida en las jornadas previas y el desolador paisaje que ha quedado a su alrededor ha hecho que la alegría de poder volver se haya visto empañada por una emoción que a duras penas pueden reprimir los lugareños cuando se les pregunta qué sienten al poder esar de nuevo en casa.

Abundan los casos en los que, hombres y mujeres de toda edad, responden interrumpiendo su relato al cortárseles la voz por la emoción y las lágrimas.

«Han sido unos días y unas horas terribles, no sabíamos qué nos íbamos a encontrar cuando volviéramos porque nos fuimos viendo cómo el fuego llegaba al borde del pueblo, a escasos metros», cuenta uno de los vecinos de la zona afectada.

Pasado ese peligro, queda la ceniza y la vegetación convertida en carbón al lado de las casas de algunos de esos pueblos da fe de lo cerca que estuvo el desastre en cascos urbanos.

Mientras tanto, medio millar de efectivos siguen luchando por tierra y aire contra un fuego que se declaraba el sábado por la tarde —al parecer por la chispa que saltó de una cosechadora de cereal— y que, ayudado por la ola de calor, con temperaturas extremas, se extendió con virulencia y rapidez.

En la madrugada de este lunes el fuego había dejado de avanzar. Y así sigue. El Gobierno aragonés calcula que este martes o el miércoles se podrá dar por totalmente controlado, a falta luego de que se culmine su extinción.

Sigue habiendo varios focos y este martes el esfuerzo se va a centrar en el flanco que más preocupa, para impedir que pueda coger fuerza el fuego y volver a avanzar.

De momento las llamas han alcanzado a casi 14.000 hectáreas, la mitad de pinares, carrascas y monte bajo. También se han quemado miles de hectáreas de campos de cultivo, en su mayor parte fincas de cereal que ya habían sido cosechadas —si bien se ha perdido la paja que aún quedaba por recoger—, y también se han calcinadoalgunas que estaban esperando ser recogidas. Según el sindicato agrario UAGA, las afecciones en campos de cultivo alcanzan al menos las 6.500 hectáreas.

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