Viernes, 2 de febrero de 2007
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JEREZ

GENTE DE LA CIUDAD
Yoga en versión inglesa
Esta joven alemana empezó en Londres a practicar disciplinas terapéuticas orientales, y ahora intenta instaurarlas en Jerez
Yoga en versión inglesa
PROFESORA COMPROMETIDA. Claudia, con ganas de empezar a dar clases.
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No cabe duda de que el yoga se ha puesto de moda en los últimos años en nuestro país, aunque hace mucho más tiempo que se practica en Inglaterra o India. Es una disciplina tan reciente que todavía muchas personas no se atreven a probarla hasta que no se lo recomienda el médico. Sin embargo, el yoga es mucho más que una terapia, y eso lo que pretende demostrar Claudia Steinhauser, una joven alemana profesora de yoga que se formó académicamente y profesionalmente en Londres. Hace un año y medio que llegó a Jerez y empezó a dar clases de yoga a adultos en el Cemetc (Centro de Medicina Tradicional China), en la barriada España. Pero Claudia quiere más, por lo que ahora también pretende llegar a un público infantil. Y, ¿de qué manera?, se preguntarán muchos, usando el inglés.

Se trata de una iniciativa, cuanto menos, llamativa y sorprendente, y que según Claudia «es una buena combinación, porque a la vez que los niños aprenden inglés practican una disciplina terapéutica». No obstante, el inglés que se puede enseñar con el yoga es muy básico, pero lo que realmente importa es que los pequeños aprendan a escuchar y a comprender otro idioma. «El objetivo del yoga en los pequeños es -según Claudia- que aprendan a tomarse la vida alejados del estrés y transmitirles esa semilla, que en un futuro les haga afrontar las situaciones desde una postura más tranquila y relajada». Es mucho más fácil adentrarse en cualquier aprendizaje siendo niño, ya que casi todo se hace a través de juegos, y también es así en el yoga. «El método para practicar el yoga con los menores es con dibujos, con la naturaleza, con animales o colores. Es muy importante que traten con esta disciplina desde que somos chicos, porque aprendemos a equilibrar nuestras vidas. Además, se intenta trabajar con ellos de manera muy saludable para tranquilizar la mente a través de las posturas físicas», aclara.

Claudia Steinhauser estudió Ciencias Sociales y tras pasar un año de Erasmus en Granada quedó prendada de Andalucía. Al cabo de los años tuvo relación directa con El Puerto de Santa María, donde permaneció durante dos meses en un campamento y trabajó en el departamento de Bienestar Social dando clases de inglés y de apoyo escolar, aunque en ese tiempo la joven asegura que vio mucha competitividad y por eso «también intenté que los alumnos practicaran yoga con la intención de que se relajaran y buscaran el equilibrio». Esta labor también la desarrolló en India y Thailandia, pero afirma Claudia que «en el primer país los que allí me rodeaban me insistían en que diera yoga a los niños, porque veían cómo esta disciplina hacía bien a los pequeños».

Siempre ha estado muy relacionada con los más desfavorecidos, y en todos los países en los que ha trabajado ha puesto su granito de arena para que los pueblos marginados puedan vivir un poco mejor. Comenzó a trabajar en Londres en una importante ONG, lo que le dio la oportunidad de conocer de primera mano las carencias de algunas de las zonas más subdesarrolladas. Durante su estancia en Londres, llegó un momento en el que decidió vivir durante una temporada en India dando clases de apoyo escolar y, cómo no, de yoga.

Y fue en India donde empezó a dar clases de yoga a los niños en inglés, pero además de la formación inglesa de la disciplina, también conoció los entresijos terapéuticos hindúes. «Depende si te ubicas en Occidente u Oriente la enseñanza del yoga es diferente, aunque con los mismos fines. Pero, por ejemplo, India tiene algo en sí misma, otro ideal de vivir que está mucho más cerca de la filosofía. Es muy diferente a la occidental, donde se tiene otra mentalidad», cuenta. Es una disciplina terapéutica que a largo plazo te enseña a ver las cosas de diferente manera y «a lo mejor te ayuda a verlas como realmente deberían ser, y no como muchas veces nos resultan que son», concluye.

 
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