Entre los grupos que tuvieron que ser desalojados en la tarde de ayer de su campamento se encontraba un grupo de jóvenes invidentes de la ONCE de Cádiz y Jerez. «Hemos tenido que andar a campo través como Robinson Crusoe». Las palabras de Rocío Vázquez evidencian los momentos de tensión que vivieron los casi 50 integrantes de uno de los colectivos. Su odisea comenzó después de comer, cuando los niños estaban en la piscina. «Vimos mucho humo negro y decidimos marcharnos porque cada vez estaba más cerca», relata la monitora del grupo.
«Afortunadamente, los vecinos sacaron sus coches y fueron llevando a los que tenían más dificultades para andar», añadió Rocío Vázquez, minutos antes de que el presidente de la ONCE de Cádiz, Francisco Arroyo, confirmara a LA VOZ que ninguno de los pequeños había sufrido percance alguno. «Vamos a mandar un autobús para recoger a los niños y devolverlos antes de lo previsto a sus padres» aseguró.