Si entendemos por progreso la llegada del centro comercial de Ikea a Jerez. Y es que los vecinos de la carretera del Calvario temen tener que desalojar sus viviendas en los próximos meses debido al cerco al que están condenados con las obras de la multinacional sueca. El Ayuntamiento ya les ha sondeado al respecto, pero hay algunos que aseguran que sólo saldrán de llí «con los pies por delante». El conflicto en ciernes tendrá que ser tratado con mucho tacto e hilando fino. Es una zona marginal, bien, pero no se puede echar a la gente de sus casas sin alternativas serias y dignas. Si se cumplieran estos requisitos podría ser hasta positivo para los vecinos que el progreso empujara a la desaparición de esta barriada del Calvario.