El primer día de calor intenso ha vuelto a poner de manifiesto la necesidad de extremar las precauciones de cara a un verano que se prevé muy complicado por el alto riesgo de incendios. Al margen de que convenga exigir a las autoridades que cumplan con sus funciones lo más estrictamente posible, sobre todo en tareas de prevención y en la puesta en uso rápida y eficaz de todos los recursos de las administraciones, en la mayoría de los casos el ciudadano tiene buena parte de la responsabilidad. Cada año, al acabar el estío, cuando el Infoca hace públicas sus estadísticas, queda patente que los descuidos son la primera causa de la quema de monte en Andalucía: barbacoas que incumplen las normas mínimas de seguridad y colillas mal apagadas son los dos primeros causantes de estas catástrofes que han acabado por convertirse en habituales. Evidentemente, los incendios provocados son capítulo aparte.